~My sexy maid; spies in trouble~ |EXO|

Mr. dog shit

Kingding of Seol

La noche era demasiado silenciosa y muy tranquila, era casi, como si lo ocurrido hacia unas horas atrás con el padre de Sehun jamás hubiese ocurrido.

Luhan negó con la cabeza fuertemente, al mirar su mano izquierda. Definitivamente el sentimiento del cuerpo de Sehun le había dejado demasiado entorpecido.

Tomó el collar de Rex y tiró de él con amabilidad, como si llevara a un niño al dentista, pero con destino al cuarto de baño principal. Ese enorme canino necesitaba una ducha.

—No intentes resistirte...—aconsejó Lu, con una sonrisa e inclinándose ligeramente para estar a su altura.

Detuvo su paso cuando en medio camino sus ojos dieron con la camiseta de Sehun solo a unos centímetros suyo.

Luhan gritó como una nenita y se fue de espaldas.

—¡Jesús! ¡No te aparezcas así! —acusó Lu con un sonrojo de los dioses, por haber lucido como una completa idiota y haberle gritado con todo y saliva en la cara.

Sehun la miró desde arriba con la más fría expresión. —No intentes culparme, tú eres la despistada. —dijo en su defensa.

Luhan se puso de pie con lo que le quedaba de orgullo, por supuesto no recibiría una mano bondadosa que para levantarse. Y se paró sola, sacudiendo su faldita.

—Lo de esta tarde, no se volverá a repetir. —escuchó.

Lu frunció el ceño. —¿Qué, exactamente?

Sehun gruñó, por la obvia simpleza de la empleada. —No te metas en mi camino otra vez. —aclaró con voz autoritaria e invadiendo el espacio personal de la chica. —Esa fue la primera regla, no la cumples: Te vas. —amenazó.

Luhan tragó saliva.

¿Cuándo la atmosfera había cambiado tanto?

¿Estaba realmente enfadado por lo de la tarde?

¿Por qué se desquitaba con él? ¿Por qué no podía consolarle de manera correcta?

¿Por qué deseaba consolarlo?

¡Idiota!

Luhan mordió su labio, y demonios, no pudo contener su mal hábito de justicia. —No me meto en tu camino... ¡Solo...! Solo...—susurró, arrepentido de abrir la boca en primer lugar.

Sehun enseño los dientes en una mueca pesada. —Dilo. —masculló.

Luhan retorció sus dedos, indeciso. Ahora que tenía toda la atención, no sabía cómo ordenar correctamente las palabras. —No creo... Tal vez, no deberías tratar de esa forma a tu padre, él podría...

—¿No quieres un programa de televisión, también? Deja de creer que las cosas se solucionaran solo pidiéndolas. —regañó, aún más enfadado.

—A veces eres tan cruel. —soltó Lu, con toda la sinceridad que pudo recaudar, sin poder controlar su lengua. Nuevamente.

Sehun detuvo su paso dubitativamente, y se giró mirándola por encima del hombro. —¿Qué... dijiste? —preguntó con un tono tan terrorífico que incluso su aura se ennegreció.

Luhan mordió su labio con fuerza. —¡Que eres cruel, Oh Sehun! Eres frío como una roca, y aunque alguien con buenas intenciones se interese por ti, solo la apartas como si no te importara...—gritó apuntándolo con su dedo. —Tú... ¡Vas a quedarte solo, si continuas apartándolos!