Cap 4. El despertar de ichiru

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Kaname seguía peleando y destruyendo a varios de los vampiros que los atacaban mientras Zero hacia lo mismo con la Bloody Rose. Este mientras peleaba, hubo un momento donde, el chico que había visto dentro de la mansión salió y empezó a pelear de manera muy experimentada para ser un niño, con una Katana idéntica a la de su hermano Ichiru.

Hubo un momento donde el menor distraído, casi fue atacado por un vampiro desde detrás, Zero de forma ágil y rápida se interpuso haciendo que lo hirieran a él.

Kenshin al terminar con uno de aquellos vampiros, noto como su tío lo había salvado y se volteo acercándose a este.

Kenshin: Estas bien?, muchas gracias por haberme salvado de aquel vampiro _Dijo el niño con una ligera sonrisa.

Zero: Si tranquilo, esto sanara prontamente _Dijo sosteniéndose el hombro donde lo habían lastimado.

Kenshin: Ven, vamos a dentro el tío Kaname se encargara de terminar esto _Dijo el niño, el cual ayuda a Zero a entrar a la mansión, y una vez dentro de esta, comenzó a curar su herida.

Kaname después de terminar con todos los vampiros, entro y vio como su sobrino Kenshin curaba la herida del peli plata con mucho cuidado.

Kaname: Tan tonto fuiste, que mi pequeño sobrino te tuvo que ayudar? _Pregunto con una ligera sonrisa burlona mientras se cruzaba de brazos, amaba molestarle.

Zero: Cállate Kuran... No necesito tu sarcasmo ahora.

Luego de unas cuantas horas. En alguna parte de aquella gran mansión, un peli plata se encontraba dormido profundamente, pero no era cualquier persona. Era Ichiru Kiryuu, el cual había sido herido años atrás y aunque se había curado por completo, no había vuelto a despertar desde entonces. Cierto rubio se encontraba sentado en una silla, al lado de la cama donde este descansaba profundamente.

Takuma: Ichiru...Amor...Espero que despiertes pronto...Para que puedas conocer a tu sobrina y a tu hijo..._Decía deprimido tomando su mano con delicadeza, lo que más deseaba era poder ver nuevamente al menor con los ojos abiertos y una hermosa sonrisa en su rostro.

Ichiru que seguía recostado en aquella cama, se removió ligeramente, cosa que Takuma noto rápidamente, poniéndose alerta a que pasaría a continuación. El peli plata comenzó a abrir de forma lenta sus ojos, una vez estuvo más despierto miro hacia su lado, y pudo ver al rubio en frente de el, lo único que pudo susurrar fue su nombre con voz rasposa por la resequedad. El mayor al oírle no pudo evitar sonreír de alegría y abrazarle contra su pecho mientras sus ojos se llenaban de lagrimas.

Takuma: Al fin...Por fin haz despertado..._Dijo con emoción en su voz pero se notaba que aguantaba las ganas que tenia de llorar.

Ichiru al sentir aquel abrazo correspondió a este, tenía una preciosa sonrisa en su cara, y al igual que Takuma, sus ojos estaban llenos de lágrimas.

Paso aproximadamente una hora desde que el menor había podido despertar, cuando el pequeño Kenshin toco la puerta de la habitación, entrando por esta algo cohibido.

Kenshin: P-Puedo...Puedo pasar?..._Pregunto con voz nerviosa y algo ansiosa.

Takuma: Claro que si Ken, ven entra, hay alguien que quiere verte _Dijo Takuma mirando a su hijo con una amplia sonrisa lo cual era normal en el.

Kenshin entro cuidadosamente a aquella habitación que había visitado tantas veces para visitar a su "madre". Cerró la puerta y al voltearse, pudo ver a Ichiru totalmente despierto por primera vez y comenzó a acercarse con cautela, en sus ojos reflejaba la sorpresa pero emoción que sentía al verle bien.

Kenshin: E-Eres tú...?...De verdad eres mama?..._Pregunto con ilusión el menor.

Ichiru: Así es...Soy yo Ichiru Kiryuu, soy tu mama pequeño..._Respondió sonriendo ligeramente aunque tenía los ojos cristalizados por el llanto.

Kenshin: Mama! _Exclamo corriendo hacia él y le abrazo fuertemente, no podía creer que estaba despierto, pero estaba tan feliz de poder sentir un abrazo de su mama_ Nunca...me dejes...por favor...

Ichiru: Nunca lo hare... Te lo prometo Kenshin _Murmuro abrazando a su hijo contra su pecho mientras acariciaba sus cabellos y lloraba de felicidad por al fin haber conocido a su pequeño hijo.

Takuma los abrazo a ambos, mientras mantenía una enorme sonrisa en su rostro al por fin tener a su familia completa y feliz. 

El Amor de Familia, Cura las Heridas del PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora