No suena tan mal.

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Santana se había levantado dos horas antes del horario de entrada de su nueva escuela. Estaba entusiasmada pues sería su primer día de preparatoria, ya tenía dieciséis, ya podía hacer cosas que no podía cuando tenía quince, como mirar los programas de televisión que estaban marcados para mayores de quince años, pero sobre todo ya pertenecía a uno de los colegios más prestigiados de su pequeña ciudad y eso le inflababa el pecho de orgullo. Pero sobre todo esperaba iniciar una nueva vida escolar en el que el acoso y las burlas no se hicieran presentes, por eso estaba más que dispuesta en guardar el secreto de su orientación sexual.

Su madre [la persona más importante para ella] ya sabía que su inclinación era hacia el sexo femenino, y no le molestaba en lo absoluto, al contrario, muchas veces le recordaba lo orgullosa que estaba de ella por salir adelante a pesar de tanta crítica de todas esas personas de mente cerrada.  Así que para Santana su madre era un motivo más para salir adelante.

Lavó su cabello y lo peinó, maquilló ligeramente su rostro y se vistió con el uniforme del colegio, miró su silueta en el espejo y se sintió más que feliz al ver su aspecto, le gustaba su cuerpo y sus facciones, se amaba a sí misma, sin embargo, cuando estaba cerca de otras chicas se sentía la chica más fea del mundo pues constantemente se comparaba con ellas y su autoestima terminaba arrastrando el suelo.

Quitando esos pensamientos de su mente caminó al frente de su casa y saludo a su mamá.

-¿Segura que no quieres que te lleve?.-Cuestionó su madre.

Santana negó repetidamente con su cabeza.

-Ya tengo dieciséis. Ya nadie lleva a sus hijos al colegio a los dieciséis.-Dijo tomando las correas de su mochila decorada con parches de sus bandas favoritas, entre ellas "The killers".

-De acuerdo. Que te vaya bien en tu primer día de preparatoriana.-le guiño su madre.

-Gracias mami, te amo.-Le dijo mientras besaba su mejilla y corría a la parada del autobús.

-¡Yo a ti!.-Le gritó su madre desde el marco de la puerta.

El autobús era su lugar preferido después de su habitación, pues ponía sus audífonos en sus oídos y miraba por la ventana mientras el transporte avanzaba, muchas veces le gustaba imaginar el destino de aquellas personas que caminaban por la acera, muchas veces se preguntaba si esas personas eran realmente felices, si les gustaba su trabajo o si ya habían encontrado su amor verdadero, odiaba sentarse en los asientos del frente pues las personas de la tercera edad siempre la obligaban a levantarse y por eso siempre se sentaba en las filas de al final.

Su lista de reproducción "Para el autobús" se terminó y sacó su iPod del bolsillo para comenzarla una vez más, tenía de fondo a Kristen Stewart a quien denominaba "El amor de su vida". Santana nunca había tenido novia y sin embargo ya se había enamorado, había estado perdidamente enamorada de su maestra de inglés los primeros dos años de secundaria, enamoramiento que fue interrumpido cuando la maestra fue transferida a su ciudad natal para enseñar en un instituto para mujeres, ese fue su primer corazón roto y desde esa vez se obligó a sí misma jamás volverse a enamorar de personas a las que no conocía realmente, ahora ella esperaría el amor y no lo buscaría, si alguien quería tener una relación con ella, esa persona la tenía que buscar, no estaba dispuesta a llorar otros dos meses por un amor no correspondido.

El autobús llegó a la entrada del que sería su nuevo instituto y bajó de él para entrar a este. Como si de una turista despistada se tratara miró el edificio de arriba a abajo, al igual que la mayoría de los estudiantes primerizos que pasaban por el portón de entrada, unos miraban sus hojas de horario mientras los ya viejos estudiantes caminaban con sus audífonos puestos sabiendo ya el destino al que tenían que dirigirse.

•GALARDONES• [Mini fanfic Brittana]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora