Diálogo: Intento de comunicación.

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—No deberías estar vendiéndolos en vez de comértelos—Alana Lane tenía la boca cubierta de crema batida y masa pastelera.

El extraño que tenía la cara cubierta por el periódico de la mañana, le sonrió mordazmente, aunque sabía que la chica no podía verle.

—Tu no entiendes mis estrategias de venta—replicó ella entre mordiscos.

—Claro que lo hago, te estás llenado el estomago antes que los bolsillos.

Ella se encogió de hombros con desinterés. Durante su cena en Waffle Shope con el indocto, Alana había aceptado una vacante de empleo en una pastelería del centro, propuesta que Wind había dejado caer en la mesa sin ningún disimulo.

"Haciéndose" (desde el punto de vista de Alana) el altruista. Como si de verdad pudiera sentir empatía por lo que Alana estaba pasando.

—Sabes el trabajo que costó que consiguieras trabajo—gruño Wind descubriendo su cara más enfadada.

—¿Sabes qué es un diccionario de sinónimos?—Alana se relamió los labios.

De pronto tenía unas enormes ganas de que el mundo explotara.

Se había enamorado de una terca mujer, comelona y extravagante, el,  Wind Finch.
Eso no era posible.
Tal vez debió haberse fijado en Park.

¿Aunque quien quisiera tener una novia tan aburridamente cliché como Park?

Tan perfecta que te dieran ganas de vomitar. Wind prefería a las chicas de verdad, las que tenían restos de dona cubierta en la cara, el cabello un poco despeinado y les gustara el olor a pasta dental.

—¡Albóndiga malagradecida!

—¡Largarte de mi tienda!—gruño Alana hecha una fiera, al mismo tiempo que le lanzaba un trozo de pay.

Wind salió sonriendo a la acera, todo era parte de su plan.

La canción del desayuno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora