Demons

Zachary

Advertencia: Temática fuerte, abuso sexual. Si eres muy sensible no lo leas.

"Mama,
Just killed a man,
Put a gun against his head, pulled my trigger,
now he's dead
Mama, life had just begun,
But now I've gone and thrown it all away."

Podía sentirlo.

Podía sentir sus sollozos contenidos escapar de su garganta, podía sentir sus lágrimas recorrer su pálido rostro, podía sentir ese cuerpo sobre él, podía sentir sus caderas contra las propias, podía sentir el repulsivo aliento chocar contra su nuca, la respiración del hombre que- se supone- debía defenderlo, cuidarlo.

Aún podía oír sus gritos pidiendo piedad, misericordia. Podía oír los gemidos del otro contra su oido, podía oír su voz ("No te muevas" "Callate" "Más rapido" "No hagas esto" "No llores" "Te amo").

Podía sentir los golpes, los moretones y marcas dejadas por aquel hombre aun frescas en su memoria - y cuerpo-.

Podía sentir su mirada asqueada sobre él, sus risas cinicas, las falsas promesas ("Será la última vez") las amenazas, la indiferencia de su madre y los que lo rodeaban.

Podía sentir el dolor, ese cuerpo ajeno entrando al suyo, profanandolo una y otra vez. Podía sentir las grandes manos alrededor de sus muñecas, cuello, entrepierna, en todas partes y ninguna a la vez. Podía sentir ese trozo de carne palpitar contra su boca, el amargo líquido correr por su barbilla

Podía sentir su propio asco, odio hacia sí mismo y hacia su abusador.

Podía sentir el peso de la pistola entre sus manos. El sensible gatillo presionar contra su dedo. A penas oía las súplicas de su padre, pidiendo clemencia.

Podía sentir su risa enloquecida escapar de sus rotos labios mientras pulsaba el gatillo, la bala atravesando la corta distancia hasta llegar a la cabeza de su violador.

Podía sentir el alivio momentáneo de haber acabado con aquel hombre. Admiró el cuerpo muerto de su padre- aun con sangre brotando de su cabeza- mientras acercaba el cañón a su síen, podía sentir los latidos de su corazón por última vez mientras apretaba de nuevo el gatillo.

Y ya no sintió más.