"La niñera" Sergio Celli y tu (Segunda temporada)

Capítulo 4, 5 y 6(Juntos)

Luego de una tranquila cena, salimos del lugar y nos dirigimos a un Mustang color negro, casi de inmediato su respectivo dueño salió. Atractivo, si. Tenía una bella sonrisa, que daba seguridad a cualquiera, su nombre no fue una larga incógnita para mí
—Hola—me saludó—Mi nombre es Thiago…Thiago Batistuta—Su asentó y sonrisa se me hacia típico de un Don Juan, pero me limite a responder
—Hola, soy ______ Jones—Sergio tosió un “De Celli”
—Eso lo sé, aquí tu esposo—señaló a Sergio—Me ah hablado maravillas de ti, de toda clase—miré mal a Sergio, negué y reí después. No sabía que responder yo no sabía; hasta hace un par de segundos quien era el chico, el río—Si, lo sospechaba. Me presentó bien. Soy Thiago Batistuta, el primo de Sergio. Trabajo como publicista en una empresa muy conocida—Me sorprendió un poco, Sergio se miraba realmente incomodo—Bien, tortolitos. Súbanse al auto, los llevaré a su hotel—ambos entramos, yo iba en la parte trasera mientras que mi amado esposo iba de copiloto. El camino fue corto, Sergio quería que conociera Paris por lo que no nos alejamos mucho de este. Al llegar noté que el hotel tenía alrededor de “Veinticuatrocientosnoventaydiez” pisos. Entramos en la recepción después de despedirnos de Thiago
—¡Buenas Noches! ¡Bienvenidos al hotel “Dreams Resorts”! ¿Cuentan con reservación? —preguntó la señora detrás del mostrador, edad un poco avanzada, rubia y ojos verdes. Hasta para su edad era bella, creo que venir a París con mi esposo no fue buena idea
—Si
—Su nombre—dijo tecleando un par de cosas en su ordenador
—Sergio Ariel Celli—dijo algo penoso, por alguna razón no le encantaba la idea de su nombre “Ariel”. Aparte de la razón de que cuando él y yo peleábamos lo llamaba así
—¡Oh si!, Tenga—le dio la tarjeta-llave de la habitación—Su cuarto es el numeró 1372 ubicada en el piso 9
—Gracias—dijo sonriente
—A usted y que disfrute de una buena estancia—se despidió, caminamos un poco hasta que encontramos el elevador, llamé a este. Sergio se quedó helado cuando se abrió. Me había contado que anteriormente era claustrofóbico pero que ya lo había superado
—Sergio ¿Te encuentras bien? —dije entrando al ascensor
—S..Si—respondió nervioso yendo hacia mí pasó a paso
—Amor, si quieres no subas por aquí, pero siete pisos…
—Tú lo has dicho, son siente no cuarenta
—¿Me dejarás sola? —arqueé una ceja y me crucé de brazos
—A menos que quieras que muera ahí adentro—lo jalé y el ascensor se cerró— ¡No espera! —se puso paranoico
—¡Sergio, tranquilo! —lo abrasé, al parecer eso le dio un poco de seguridad, pero seguía moviéndose de una forma desesperante, cuando el elevador paró Sergio soltó un largo suspiró— Eres un exagerado
—Pero y si moría… y si el elevador caía conmigo y contigo…y si el oxigeno no entraba y moríamos ahogados—salió corriendo de ahí, bufé y lo seguí, me parecía un juego y comencé a carcajearme tontamente
Sergio ya había entrado en la habitación por lo tanto llamé a ella
—¿Quién? —preguntó Sergio
—La primera dama—contesté
—¡Oh! Permítame, ahora le abro—abrió, me beso cortamente
—Sergio, estas muy juguetón—entré a la gran habitación… Era literalmente enorme. Las paredes eran color beige con detalles. La puerta de lo que probablemente era el baño era color madera. Había una mini-cocina y había dos camas matrimoniales. Una de ellas era un adorno, ya que en estos días no la necesitaríamos. Sergio cerró la puerta y me tomó por atrás y me condujo a la cama a la cual caímos
—Bien, creo que eso no te debe molestar—dijo seductor en mi oído, me estremecí al sentir su aliento… comenzó a besar mi cuello, yo lo atajé a mis labios para besarlo pasionalmente…
1, 2, 3 de la mañana y seguíamos “encariñados”… Así pasaron seis días, salíamos a un lugar que cada día me impresionaba más y teníamos una noche no muy ¿decente?...El motivo era por el cual Sergio y yo ya habíamos platicado no hacía mucho

Flashback

Tomé el vaso de jugo de naranja y me tiré en el sofá justo al lado de Sergio, mirábamos la televisión, un programa familiar
—Sergio, cuando nos casemos ¿Cuántos hijos tendremos? —pregunté sin dudarlo
—Unos…diez, ¿veinte? —reímos
—Eso no pasará, Sergio—hizo un puchero con los labios
—Pero yo quiero…
—Pero yo…no tanto, a mi me costará tenerlos
—Bien, tengamos uno—sonrió—creoque ser hijo o hija única sería especial
—Piensas lo mismo que yo—me detuve—¿Pero que te gustaría que fuese?
—Un niño—contestó sin dudarlo
—¿Por qué? —pregunté
—Porque no quiero ver a mi hija trayendo novios, a menos que quiera que me convierta en “Hulk” —me carcajeé
—Pero sería tu hija… —reclamé
—Bien, lo admitiré—pensó—no lo mataré pero al menos lo podría…—no lo deje terminar
—¡No, Sergio! Nada que atente su integridad física y mental—bufó

Fin del flashback

Ambos queríamos tener un bebé, aprovechamos la oportunidad en la luna de miel… pero nuestra “miel” tenía que acabar…
Arrastré mi maleta por el pasillo del hotel, no quería irme de París, era un lugar asombroso…
Cuando la noche caía era un lugar mágico, maravilloso, las luces eran hermosas, le daban un toque especial a la obscura noche, eran de colores eh inundaban la ciudad, el clima era templado, pero no tanto… La torre Eiffel se veía tan asombrosa desde el hotel y cuando Sergio y yo comimos ahí me sentí completa, como ahora… pero siempre que más gente se involucra en mi vida y la de Sergio todo se desmorona, y no quiero que suceda, por más que insistí a Sergio no quiso quedarse mas ya que tenía que ver a su familia y yo a la mía…
Salimos de ahí y volvimos al aeropuerto… cuando llegamos a casa de Sergio gritos se escuchaban desde afuera “Matias” pensé, no queríamos ser inoportunos pero teníamos que entrar, todos voltearon a vernos y en efecto Matias estaba frente a Lucas quien lo miraba amenazante
—¡Perfecto! —exclamó Matias
—¡Hola, enamorados! —nos saludó Lucas
—Hola—respondí
—¿Cómo les ah ido? —preguntó Mariana algo… nerviosa
—Bien, excelente—respondí—¿Qué sucede? —preguntamos Sergio y Yo al unisonó
—Matias… ¡Es un idiota! —gritó Lucas
—¡Basta! —dijo Mariana
—Pero es un idiota, no les puede hacer esto—continuó desesperado
—¿A quiénes? —preguntó Sergio, quien fue ignorado
—Pero mejor que no se enteren…
—Pero…—se le acerco a Matias— mira que es tu hermano y si él es feliz la “familia” lo es—le amenazó Lucas y luego se retiró furioso
—¿Qué pasa? —pregunté
—Nada, _____. Es problema de Mati y Lu—me abrazó Mariana. ¡Genial! Tal vez estoy delirando o estoy muy exhausta. Si es eso. A pesar de todo matias no creo que sea un monstruo— Pequeña, ¿Nos dejas a solas con Sergio? Por favor
—No hay problema, iré a darme una ducha—comencé a subir los escalones, me coloqué un albornoz y busqué una toalla para mi cabello… Busqué en un par de gavetas pero no encontré… decidí a bajar pero antes de llegar escuché algo de la conversación
—Pero ¿Matias?, ¿Por qué ella? —era la voz de Sergio
—No sé, algo se traerá entre manos…
—¡Pero ella, no! ______, no querrá a ella aquí
—Pero es tu hermano, ¿Y si, si está enamorado?
—¿Estamos hablando del mismo Matias? El que salió con dos chicas a la vez y después de tener sexo con ellas las dejo—dijo desesperado Sergio
—Pero así paso y a ti se te permitió salir con _______ y si mal no lo recuerdo ella era tu niñera
—Pero Matias es…¡Matias! —Suspiro—¿Y cómo se conocieron?
—Matias me contó que se la encontró en el mall….—tocaron al timbre— Sergio, no la trates mal, no le hables mal, no la corras, o algo que sea malo
—Bien, pero ¿Y _____? Sabes cómo es ella
—Pues…Se tendrá que contener—abrió la puerta y una chillona voz…
—¡Marian! Hola, suegris—no me contendría quería saber quién era de la que tanto habían hablado, y me encontré con Satanás o eso imaginé, un cabello rubio me daba la espalda, ese rubio oxigenado y su cuerpo de palo… Micaela…¡MICAELA!, corrí por las escaleras y le grité
—¡¿Qué demonios haces aquí?!
—Un fiera, ¿Qué no sabes?
—Dime que enterada no estoy…
—Soy novia de Matias—¿Qué? Novia de Matias…Matias y Micaela eran terribles, esa habrá sido su única conexión…
—¿Qué? —dije con asombro
—¿Acaso también piensas arrebatármelo?
—Cállate, perrä. Yo no te quite a nadie
—Perrä tú, niñata tontä
—¡_______!—exclamó Mariana
—Lo siento mucho, Marian—dije apenada— pero ¡Ahhh! —salí corriendo de ahí, no contendría a esa mas ah mi vista sin matarla y luego meterla en una bolsa de plástico y ocultar su cadáver… Bien me estaba volviendo una asesina loca pero ¡Simplemente no, no la acepto! Y lo peor es que Sergio si acepto que esa putä sea novia de Matias… Sergio me siguió, cerré la puerta de la habitación con seguro dejándolo afuera
—¡______!, ¡Ábreme! —gritaba
—No, Sergio, déjame—dije entre sollozos
—Mierdä, ______, voy a destruir la puerta— no respondí— Una… Dos…—abrí, el me abrazó, y me alzó, caímos en la cama, el encima mío— Amor, ¿Qué te paso?
—Como si fuera tan difícil saber—contesté fría
—Pero…—bufó— Mi vida, tampoco tengo ganas de verle la cara
—Pues córrela
—Aunque ah ambos nos cueste, tenemos que aceptarlo, Es novia de Matias
—¡Há! Así nada más, Sergio. Como no te acuerdas que ella nos separó ¿Acaso no lo recuerdas?, fue tu segundo plato y luego ella nos separo, Mierdä; es tu culpa— se separó un poco de mi
—Espera…¿Qué?
—Nada, Sergio
—¡_______! Yo…¿Qué insinúas?
—Nada—me salí y me dirigí a la puerta pero Sergio reaccionó rápido y me acorraló contra la pared y rozó sus labios contra los míos
—¿Nada? —dijo seductor, sabía que mi enojo se pasaría veloz mente si…. Pero no, no caería
—¡N-a-d-a! —dije lentamente como si le estuviera hablando a un idiota
—______, amor. Nunca; escúchame bien, nunca—lo recalcó— te cambiaría y menos por esa—atrapó mis labios con suyos y acopló sus manos en mi cintura y me apegaba más a su perfecto cuerpo...