Yo sé lo que es un fantasma, afirmó silenciosamente la anciana. Se llamaba Rosa Diamond,
tenía ochenta y ocho años y bizqueaba, aguileña, a través de las ventanas de su dormitorio cubiertas
de fina capa de sal, contemplando el mar de luna llena. Y yo sé, también, lo que no lo es, agregó.
No es el gemido horripilante ni es la sábana que se agita, eso son bobadas. ¿Qué es un fantasma?
Un asunto no concluido, eso.
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Lágrimas de un poeta de la porcelana
PoetryPocos tenemos el don para poder entender lo que la oscuridad nos grita...