Mis perfectas imperfecciones

Capítulo 8

AARON'S POV

Yo trataba de dormir, pero en la habitación de las chicas se oían voces. Caminé con sigilo para no despertar a Sergio. Fui hasta la habitación de las chicas y me puse a escuchar detrás de la puerta.

-¿Estás segura de que no te gusta?- reconocí la voz de Zoe.

-No. No lo sé- respondió Bonnie. ¿De quién estaban hablando? Me separé de la puerta dispuesto a volver a mi habitación, pero entonces, Bonnie gritó:

-Guerra de cojines.

Sergio apareció enfurruñado y abrió la puerta de golpe.

-¿Qué pasa aquí?

No puedo describir lo que pasó después. Sólo sé que unos minutos después, Sergio y yo estábamos atados a una silla y maquillados. Inés nos dijo que volviéramos a la cama, así que ellas nos liberaron. 

-¿Y cómo nos quitamos esta mierda?- pregunté a Sergio una vez en la habitación. 

-No sé, pero dile a tu novia que se controle.

-Perdona, no soy yo al que le pidieron dormir juntos y el que acabó encima de ella- le piqué. 

-Bueno, pero tengo una venganza preparada. Iba a gastarles la broma, pero sirve como venganza. 

Él me mostró unos botes con tinte azul y dos rotuladores permanentes. Le entendí a la perfección. Cogí el tinte azul y el rotulador permanente y le dije:

-Déjame a Bonnie a mí. 

Él sonrió de forma pícara. 

-No me refería a eso- me quejé.

-Ya, claro.

Ambos nos dormimos. A la mañana siguiente, los padres de Bonnie llegaron y me dijeron que mi madre no estaba y que les había pedido que me recogieran. Yo entré en el coche con Bonnie.

-Te conseguiste quitar el maquillaje- me dijo en bajo. 

-Pues claro. 

Me vino a la mente la conversación que había escuchado la otra noche. No sé que me pasó, pero me enfadé. Creo que Bonnie lo notó. 

-Hey, ¿qué pasa?- dijo dándome un golpecito en el hombro. 

-Nada, sólo que estoy imaginando tu cara cuando veas nuestra venganza. 

Al llegar a la casa, la madre de Bonnie me djio:

-Tu madre me ha llamado. Dice que no va a estar esta noche y que te quedes a dormir con nosotros. Ve y coge tu ropa de tu casa. 

Yo obedecí y fui a la casa de Bonnie. Sus padres me dijeron que dejara las cosas en la habitación de Bonnie y sus hermanos. Seguí a los gemelos y cuando abrieron la puerta, vi una imagen que nadie me sacará de la cabeza. Bonnie, de espaldas a nosotros, se había puesto un pantalón de chandal y en ese momento su torso no tenía nada más que el sujetador. Me puse rojo hasta las orejas y salí inmediatemente de la habitación. Por suerte, ella estaba de espaldas y no se había dado cuenta. Y además, sólo le había visto la espalda. 

A los pocos segundos, Bonnie salió de la habitación con una sudadera. 

-¿Qué te pasa?

-Na...nada- respondí yo. Ella me miró extrañada.- ¿Dónde está el baño?

-Segunda puerta a la derecha. 

-Gracias. 

Seguí sus indicaciones y llamé a la puerta para no encontrarme con otra sorpresa. Nadie respondió, así que entré. Rápidamente, cambié el bote de champú de Bonnie (tenía una etiqueta que ponía Bonnie, supuse que su madre utilizaba otro). Ya que estaba allí, correspondí a la llamada de la naturaleza. Después fui al cuarto de Bonnie. Ella estaba allí sentada en la cama.