BONNIE'S POV
¿Hasta dónde llegarían los chicos para que no los ignorábamos después de su venganza? No tenía ni la más remota idea.
Caminaba hasta mi casa. Aaron me seguía de cerca.
-Bonnie, espera. Por favor.
Yo le ignoré.
-Me dejé la ropa en tu casa. ¿Me la llevas luego?
Le enseñé el dedo medio. Pero no dije ni una palabra.
-Pues tendrás mi ropa por tu cuarto...
"Me importa un bledo", quise responder. Pero mis ganas de ignorarle fueron mayores.
-No me ignorarás para siempre- sentenció.
Llegué a mi casa y mi madre me ordenó que le llevase la ropa a Aaron. ¿Por qué? Bueno, podría ignorarle.
Caminé hasta la casa de enfrente. Toqué puerta y me recibió la madre del chico.
-Vengo a traerle la ropa a Aaron.
-Sube a su cuarto, querida. Yo tengo que irme a trabajar.
Subí al cuarto de mi "amigo" y allí estaba él. Nada más verme, un brillo de triunfo apareció en su mirada. "Oh, no", pensé. Le dejé la ropa lentamente. Entonces el corrió hasta la puerta y bloqueó mi salida. Me crucé de brazos. No pensaba hablarle.
-No saldrás de aquí hasta que me hables.
Yo suspiré. ¡Qué infantil! Sin embargo, era un poco tierno. Sólo un poco... Creo que sin quererlo, sonreí. Porque en su cara pude ver una expresión vencedora.
-Está bien, ya te hablé. Déjame salir.
- No. Tenemos que hablar de algo.
- Vale- acepté resignada.
- Quiero que hablemos de lo que no pasó en el armario.
- No hay nada de qué hablar- dije cruzándome de brazos, dando a entender que no quería hablar del tema.
- Pues yo sí que quiero hablar.
-Te escucho.
-¿Paso algo?
¿Qué si pasó algo? Todo mi mundo cambió desde ese momento. Mi idea sobre el amor y las emociones se vio totalmente alterada.
-No- ¿por qué narices dije eso?
-Me alegra que lo hayamos aclarado- dijo con una sonrisa.
-¿Me dejas salir ya?
Él sonrió de forma enigmática.
-Todavía no.
Entonces cogió un cojín del suelo y se abalanzó sobre mí, placándome. Yo quedé debajo suyo. Yo empecé a reír y él también.
-¡No!- le dije, fingiendo enfado.- Sigo cabreada contigo. No puedes hacerme reír, se me pasa el enfado y tú ganas.
-Yo siempre gano- afirmó con una enorme sonrisa.
-Que te lo has creído.
Casi sin darme cuenta, me libré de su agarre. Ahora yo estaba encima suya y le sujeté las muñecas. Le sonreí.
-¿Quién gana ahora?
-Yo- respondió él burlón.
-Te odio- dije con una sonrisa.
Me levanté de encima suya. Él me cogió de la muñeca.
-Quédate un rato- pidió.
- Está bien. ¿Puedo hacerte una pregunta personal?
-Claro.
-¿Tus padres están divorciados?
-Emm...- tartamudeó.- En realidad, no. Esto no se lo he contado a nadie. Pero...mi padre... bueno, él falleció el día de mi nacimiento.
-Eso es terrible- exclamé llevándome las manos a la boca.
- Él conducía hasta el hospital para verme nacer. No puedo evitar sentirme culpable por...-. Las lágrimas le salían de los ojos. Yo le abracé para consolarle. Creo que ya se lo esperaba, porque me abrazó también.
-Cambiando de tema. Creo que debería confesarte algo- al decir eso se puso rojo como un tomate.
-¿El qué?
-Cuando estaba en tu casa- empezó-, te vi mientras te cambiabas.
Yo puse cara de horror y me puse muy muy roja. Intenté cubrirme la cara con las manos.
-Ay, no.
Él me cogió las manos y me las quitó de la cara.
-Tran... tranquila- balbuceó-. Só...sólo te vi la espalda.
-Ay, ¡que vergüenza!
Él empezó a reír. Yo le golpeé con el cojín.
-No tiene gracia. Lo estoy pasando mal.
Él siguió riendo.
-Deberías verte ahora mismo- logró decir entre risas-. Tienes el pelo azul y la cara comoletamente roja.
¡Mierda! El pelo. Lo había olvidado.
-Si quieres compro algo para quitarte el tinte- se ofreció sin parar de reír.
-Nah, me gusta así- dije.
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Cuando llegué a casa, llamé a Zoe.
-¿Qué ha hecho Sergio?- le pregunté.
-Me ha encerrado en casa y me ha comprado algo para quitarle la pintura azul.¿Y Aaron?
- Me ha encerrado en su cuarto.
-¿Y no pasó nada más?-preguntó suspicaz.
- No. Nada de nada. ¿Y con Sergio?
-Tampoco.
Ese día, antes de dormir, miré por la ventana. Aaron me miraba también. Él se encogió de hombros y yo levanté el pulgar. <<Buenas noches>>, leí en sus labios. Yo hice un gesto con la mano, despidiéndome.
Justo antes de dormir, pensé en Aaron. En el armario, en el placaje, en la conversación a través de la ventana, en su forma de sonreír, en el brillo de sus ojos, en todo.
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Bueno, hasta aquí el capítulo de hoy. Si queréis saber lo que pasó entre Zoe y Sergio, no olvidéis pasaros por el capítulo de Dark_sweet14. ^ͺ^
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Mis perfectas imperfecciones
Teen FictionZoe. Amable, pero arisca. Bonnie. Sarcástica, pero divertida. Aaron. Carismático, pero celoso. Sergio. Divertido, pero estúpido. Proyecto con @Dark_sweet14