Cogí las tostadas recién salidas de la tostadora y salí corriendo de casa. Como no, yo llegaba tarde al primer día de instituto.
Entré en la estación de metro y me hice paso entre la gente. Si quería llegar pronto debía de estar delante o en medio de todo el mundo para poder entrar gracias a los empujones de la multitud. Ya en mi parada, bajé a duras penas y de nuevo, comencé a correr.
Al distinguir a gente con mi mismo uniforme corrí con más entusiasmo hacia mi clase.
¿Que por qué estaba emocionada?
Pues porque por fin iba a ver a mi mejor amigo después de casi dos meses sin verle. Y, como no, él ya se encontraba allí rodeado de chicas.
Descansé un momento en la entrada de la clase.
No debía correr solo para ver a mi mejor amigo rodeado de chicas, tomo nota.
Cuando me vio, se levantó de su sitio y, disculpándose con las chicas, vino conmigo y me abrazó con fuerza.—Hey, _____-chan —lo miré—. Por fin te veo.
—Lo mismo... digo... —inspiro y expiro cansada—. Ren.Me revuelve el cabello.
Ren era un chico muy alto, de un metro ochenta y cinco. Con una complexión física impresionante porque, vamos a ver, si yo fuese hombre, tendría envidia de su cuerpo. Y que decirte de su rasgos físicos, un chico de pelo rubio con raíces negras y unos preciosos ojos verdes. Su imagen era perfecta.
Las miradas fulminantes de las chicas no tardaron en hacerse presente. Rodé los ojos.—También echaba de menos a tus fanses, Ren —le dije mirando a las chicas.
Él rió.
—Y yo a los tuyos —miré a los chicos. Vaya...—. Capitana de fútbol femenino del instituto Hikari.
—Lo mismo digo, Capitán de fútbol masculino del instituto Hikari.»«
—¡Capitana! —gritaron mi nombre las chicas. Natsu, Misaki y Mei.
—¡Chicas! —corrí hacia ellas y las abracé.
—¿Qué tal? —me pregunta Misaki—. Intentamos contactar contigo estas vacaciones pero estabas fuera.
—Ahh... sí —reí apenada—. Estuve en Filipinas para unas pruebas de fútbol. Mi madre me avisó de que llamaste e intenté devolverte la llamada pero entre que el WiFi allí no iba muy bien...
—Vaaa no te preocupes —me resta importancia e hizo un ademán con la mano.
—¿Unas pruebas de fútbol? ¿Y qué tal te salieron? —me pregunta emocionada Mei.No fue muy bien. Todos los candidatos eran hombres y la verdad es que me sentía intimidada con ellos. Me pelee con dos chicos, no eran precisamente filipinos. Al contrario, los filipinos fueron los que mejor me cayeron del lugar.
—Bastante bien —las dije sonriente—. Pude jugar junto a profesionales que visitaron Filipinas para animar a las candidatas. Pero dejemos de hablar de mí —me miran curiosas—. Decirme, ¿que habéis hecho vosotras?
—Yo fui a Australia a practicar surf con mi hermano —dice Mei.
—Yo fui a Los Ángeles con mi familia —dice Misaki alegre.
—Yo me quedé en Tokio —sonríe apenada Natsu—. Por mi hermano mayor, más que nada.
—¿Tu hermano mayor? —le pregunté—. ¿Ocurrió algo, Natsu?
—No mucho, un accidente de moto.Las tres analizamos la oración. No tenía coherencia. ¿"No mucho, un accidente de moto"?
—Se rompió dos costillas.
—Natsu... —comienza Misaki llamando su atención—. Te... te estás escuchando, ¿verdad?
—¿Heh? ¿Por qué?
—Según tú, tu hermano ha tenido un accidente de moto del cual salió con dos costillas rotas, y no le ha pasado nada.
—No he dicho nada malo como que bien, se ha roto dos costillas, solo he dicho que su accidente no ha sido tan grave como esperábamos —se cruza de brazos. Había evidenciado que se refería a eso exactamente—. Además, es mi hermanastro, no mi hermano.Misaki, Mei y yo nos miramos, dándonos a entender a las tres que no debíamos seguir con el tema.
—Bien... pues... —carraspeé—. ¿Qué hacemos ahora?
Natsu quitó la cara de enojo que tenía hace unos momentos y sonrió. Volvió la sonrisa de siempre.
—Hay muchas chicas que quieren entrar al equipo —me da unas cuantas palmadas en la espalda—. Veo que tu influencia en el fútbol femenino es grande, _____-chan.
Hice un ademán.
—No digáis eso —dije apenada—. Si no fuera por vosotras no hubiéramos llegado tan lejos y llamado a tantas chicas para el club.
—Tú fuiste quien nos animó, ____-chan —se adelanta Misaki.
—Cierto, entre que a nosotras nos daba miedo mostrar a los demás que las chicas también podemos jugar al fútbol, si no fuera por tus insistencias, tus ánimos a demostrar a los demás que nosotras también podemos... sin ti no hubiéramos llegado tan lejos, _____-chan.
—Chicas... —me halagaba que hablaran de mí, pero no me parecía justo que toda la 'gloria' me la llevara yo.
—Tú eres y serás siempre nuestra inspiración —me interrumpen las tres a la vez.»«
Suspiré cansada. Ren se encontraba conmigo en el campo de fútbol de nuestro instituto, sentados el uno al lado del otro y apoyados en el palo de la portería.
—Nee~, _____-chan.
—¿Humm? —cerré los ojos.
—¿Te apetece ir a cenar? —me pregunta.
—¿Y eso?
—Prometimos que si ibas a ser capitana del equipo de fútbol femenino, íbamos a celebrarlo como lo celebramos cuando me tocó a mí ser capitán —hace memoria.
—Oh mierda, cierto —reí—. Que suerte que tienes buena memoria, Ren —me levanté—. Bien, ¿a dónde vamos?
—Al restaurante Kaikaya, dicen mis amigos que está bastante bien —se levanta y agarra su mochila.
—¿Tus amigos? —me crucé de brazos—. ¿Por qué no vamos mejor a un sitio que ya hayas comido tú?
—No te gustarán —iba a replicar pero me da mi mochila, me da la vuelta y me obliga a caminar—. No repliques más y vayamos.»«
Terminamos de cenar.
Antes de ir al restaurante, Ren llamó a mi madre para avisarla que estaba cenando con él. Claro que mi madre se emocionó, pues siempre quiso que Ren y yo saliéramos pero ninguno siente nada por el otro. Nos avisó de que iba a preparar la habitación de invitados.
Como ya era tarde, decidimos coger un atajo para llegar rápido a mi casa.—Estoy llenísima —me estiré—. Gracias por la cena, Ren.
Me sonríe amigable.
—Te la debía —se encoge de hombros—. Y después de todo, eres mi mejor amiga.
Sonreí nostálgica y asentí.
—Neh... ____-chan.
Cuando me miró, desvió la mirada avergonzado.
—¿Pasa algo?
—Seremos los mejores amigos pase lo que pase, ¿cierto? —cerró los puños con fuerza esperando la respuesta.Ladeé la cabeza. No me había preguntado eso desde los doce años.
—No te preocupes —le piqué el brazo—. No podría vivir sin ti, Ren.
Vi un ligero brillo en sus ojos y me abraza con fuerza.
—Gracias por todo, ____-chan.
—Re-Ren, m-me ha-ha-haces da-da-da-daño —intenté quitármelo de encima. Su abrazo era demasiado fuerte.Se separa de mí y se ríe avergonzado.
—Lo siento —acaricia mi pelo—. Yo tampoco podría vivir sin ti, _____-chan.
••••
Casi se me olvidaba comentaros que he cambiado práticamente toda la historia menos algunos personajes como Mei, Misaki, Natsu, Ren y, el que viene, Rei. Espero que disfrutéis del nuevo contenido, más que del viejo.
Gracias por vuestra paciencia.❤️
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No somos diferentes. [Kaneki y tu]©
RandomUna vez que te juntes con un ghoul, una vez que lo reconozcas, no podrás salir de aquella realidad y pronto te darás cuenta de que todos a tu alrededor, tanto seres queridos como desconocidos, podrían ser ghouls. Practicamente estás rodeada. -No pla...