Le pasé el balón a Misaki. Íbamos empate, 1 a 1. Era el último minuto, última oportunidad para poder entrar a las finales. Me miró de reojo. Era ahora o nunca.
Regateó como pudo a tres de las chicas del equipo rival y en un movimiento rápido, lanzó el balón hacia Natsu. La paró con el pecho. Natsu tenía un gran control del balón, era la única de nuestro equipo que podía hacer varios trucos con este sin que toque el suelo por más de diez minutos. Las demás nos limitábamos en toques con el pie o la cabeza.
Dos más de las delanteras, junto con Misaki y Natsu, subieron a ayudarlas para despistar a las chicas rivales. Fue increíble ver como mi mejor amiga levantaba el balón por encima de la cabeza de una chica, le dio un ligero toque al balón y se la pasó a la nueva, Mikoto. Dos chicas intentaron quitarla el balón, a una logró hacerla un regate y a otra a duras penas se la quitó de encima. Vi a una de las que subieron sola, Haruka. Mikoto se la pasó sin dudarlo.—¡10...! —no había sitio para meterlo, así que se la devolvió.
—¡9...! —Haruka se la pasó a Misaki, quien intentó meterla con un cabezazo.
—¡8...! —observé a Natsu.
—¡7...! —pude apreciar a Mei.
—¡6...! —Natsu se la pasó a la albina -Mei-.
—¡5...! —fruncí el ceño. Vamos, chicas...
—¡Misaki! —gritó Mei. La pelirrosa volvió a ponerse frente a la portería.
—¡4...! —Mei se la pasó a Misaki y de nuevo el intento de marcar.
—¡3...! —pero la portera lo detuvo sin poder sujetarlo.
—¡2...! —Natsu corrió hacia la pelota en un último intento de marcar.
—¡1...! —por el despiste de la portera... marcó.
—¡0...!Miré a Natsu quien, arrodillada, miraba la bola blanca asombrada.
—Ganamos —miré a las chicas que estaban delante de mi portería, celebrando la victoria.
Me reí. Rápidamente me levanté corriendo en dirección hacia Natsu con quien me vi en medio del estadio y la abracé, con todas mis fuerzas.
—¡Estamos en la final! —grité emocionada.
—¡NATSU-CHAN! —gritó Misaki quien se lanzó hacia el otro lado de la pelinaranja y nos abrazaba. Todas las demás hicieron lo mismo.La final...
»«
Sentí un pesado cuerpo a mi lado y luego el olor a perfume de hombre sobre mí. Ren.
—¡ESTÁIS EN LAS FINALES! —me levantó en el aire.
—¡Y VOSOTROS TAMBIÉN! —dije emocionada.Reí. Tanto el equipo masculino de fútbol, como el femenino, decidimos ir a cenar todos juntos para celebrarlo (sí, les gusta cenar fuera). Nos llevábamos bien unos con otros, así que no le veíamos problema estar todos juntos armando jaleo en un restaurante hasta la hora de cerrar.
Por suerte era el restaurante del padre de uno de los chicos, así que cena gratis más quedarnos allí hasta las 2 de la mañana.
La verdad es que entre tonterías y charlas de la vida, ni siquiera me di cuenta de la hora y de las 25 llamadas perdidas de mi madre.—Oh, mierda —murmuré a regañadientes. Me esperaba una buena cuando llegue a casa.
Ren, que se encontraba a mi lado, pareció escuchar mi gimoteo ya que dejó de reírse de las tonterías que decía y hacía uno de sus compañeros y amigo, Rei, y me habló preocupado. Bueno, preocupado.
—Deja el móvil, idiota, y pásatelo bien —me reí ante lo que dijo.
—Mi madre me ha llamado... —todos me miraron—. Tengo 25 llamadas perdidas.Se escucho el "uhhh" a coro de todos. Luego el móvil de Ren comenzó a sonar. En la pantalla se veía el apellido de mi madre. Nos levantamos para ir donde no hubiera tanto ruido. Ren respondió, apenado y algo asustado.
—H-h-hola señora Kaiba-... Sakurai... —reprimí la risa al escuchar el apellido de soltera de mi madre—. Sí, seguimos aquí... S-sí, señora...
Me miró mientras me daba el móvil. Suspiré y hablé con mi madre.
—¡¿A que hora piensas volver?! ¡Son las dos de la mañana!
—Se-se nos ha pasado...
—¿Que se os ha pasado? —dice irónica—. Yo no creo que solo se os haya pasado, ____.
—Perdona mamá.
—¿Dónde estáis?
—En el restaurante del padre de un amigo.
—¿Dónde es?
—Ehh —miré a Ren—. A unas manzanas del instituto...
—¡¿Qué?! —alejé el aparato de mi oído. Mierda—. ____, ¡ya han cerrado las estaciones!
—Y-ya...
—Aghh, bien bien —Ren enarca una ceja—. Pásame a Ren.
—Sí...Me miró confundido al ver que me alcanzaba el móvil y lo cogió.
—S-soy Ren, señora Sakurai... —me mira—. ¿En casa? —la voz de Ren subió de tono—. En casa no puede que-darse, lo siento... Señora Sakurai... Mi-mis padres no les parecería problema pero... De acuerdo... Entiendo... Está bien, señora, se lo diré. Buenas noches.
Cuelga y me mira.
—Dice que duermas en casa de Misaki o de Natsu —suspira—. Y que atenta a las consecuencias por no responder a las 25 llamadas que hizo.
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No somos diferentes. [Kaneki y tu]©
RandomUna vez que te juntes con un ghoul, una vez que lo reconozcas, no podrás salir de aquella realidad y pronto te darás cuenta de que todos a tu alrededor, tanto seres queridos como desconocidos, podrían ser ghouls. Practicamente estás rodeada. -No pla...