-Calla y escucha. -Ella cerró la boca poniendo atención en cada uno de los ruidos que escuchaba en los audífonos -He estado pensando últimamente y me he dado cuenta de que ya no tiene sentido que siga viviendo. Es decir, estoy sufriendo ¿Para qué seguir pasando por todo eso si puedo acabar con ello?
-Muy bien señor, creo que está tomando una decisión precipitada. Deme la dirección de su casa, llamaré a la policía para que vaya por usted. Calmese, por favor.
El miedo comenzaba a llenarla por completo, ella no quería que algo como esto pasaba. Estaba en sus manos salvar la vida de ese hombre y eso le aterraba. Estaba comenzando a sudar frío. Sus manos estaban temblando y cada vez se le hacía mucho más difícil hablar.
-¡No oses llamar a alguien! Respeta mi decisión. Simplemente quiero que alguien recuerde mis últimas palabras y que reces por mí. Yo ya he orado y le he pedido a Dios que me lleve con él.
-Muy bien, no se preocupe. No trate de hacer nada, calmese. Por favor, creame cuando le digo que usted tiene mucho que hacer en este mundo.
Una risa sarcástica resonó en los oídos de Becky aterrorizándola aún más. Pero ella había ignorado esa sensación, comenzó a usar códigos en su computadora para tratar de rastrear la llamada. Había aprendido eso gracias a su jefa, ella se lo había enseñado en el entrenamiento antes de comenzar a trabajar. Bingo, pensó ella apreciando la dirección 76542 Green Valley. Esa se apresuró y envió un mensaje al número de emergencia para que se dirigieran allí.
-No hay nada más que pueda hacer. Ya no hay más esperanza para mi. Muchas personas dicen que que la esperanza es lo único que muere; pero eso no es cierto, lo último que muere es la persona o tal vez el corazón que deja de latir.
-Creame la esperanza es infinita. Sólo tiene que tener fé.
-Sí claro. Dime ¿Cabeza o corazón? ¿Qué es más rápido?
La frialdad con lo que él hizo esa pregunta causó que su corazón latiera más rápido. Los oficiales habían contestado su mensaje, habían enviado a la patrulla más cercana.
-Por favor, no lo haga. Por favor. Por favor.
-Calma, no me dolerá. -dijo él. Becky escuchó una especie de click, seguramente se trataba del suguro de un arma. Él tenía un arma en mano.
Silencio. Eso fue todo lo que siguió de eso. Ella no sabía que hacer, no sabía que decir, no sabía que pensar. Sé quedó paralizada, su mente en blanco, escuchando atentamente la respiración del hombre ex-militar. De un momento a otro se comenzaron a sonar sirenas de policía a lo lejos. Un poco de esperanza nació en el pequeño corazón de la pequeña chica.
-Veo que has desobedecido mi petición, niña. Al parecer tendré que hacer esto más rápido.
-¡No lo hagas por favor!
Esto es peor que una película de terror, repitió ella en su cabeza. Que la vida de alguien dependa de ti, es mucha presión. Estaba comenzando a desesperarse.
-Si llegas a saber algo de mi, dile a mi familia que la amo y que estoy en un mejor lugar ahora.
-No sabe lo que hace, por favor calmese.
-Muchas gracias por escucharme, niña. Se sintió muy bien poder desahigarme contigo. No cambies. No soy muy bueno para las despedidas ¿Sabes? Que tengas una mejor vida de la que yo tuve.
-Por favor, no...
Luego ella escuchó como una risa se apagó, una vida se extinguió. La esperanza se perdió y un hombre se rindió sin siquiera intentarlo otra vez. Simplemente eligió el camino más fácil. Tenía tantas cosas por hacer, tanto por ver; pero no las fuerzas para luchar.
El ruido de una pequeña explosión resonó en sus oídos, un ruido seco que significaba mucho y era capaz de cambiar una historia en tan sólo un segundo.
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Fin.Aclaración: Esto no es una historia real, tampoco estoy promoviendo el suicidio. Yo estoy en contra de eso y escribí esto para tratar de ponerme en la piel del suicida, tratar de entender. Pero aún asi, sigo diciendo que aún hay esperanzas. Hay muchas cosas por las que luchar, la vida es dura; pero vale la pena seguir en este mundo.
Sí estás triste por algo, trata de fastidiar a las personas que quieren verte mal y se feliz.
-Gabriela.
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Sin Esperanza
Short Story¿Qué pasa cuando cualquier tipo de esperanza muere? Una simple llamada puede ser el vivo ejemplo de esto. [Historia corta] Todos los derechos reservados ©