Capitulo 2

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Era un lunes por la mañana, ya se me hacía tarde para la escuela, como siempre nadie en casa se tomó la molestia de llamar a la puerta para ver si estaba despierta o había apagado él despertador y vuelto a dormir.

Cuando una roca golpeo mi ventana desperté e inmediatamente supe que era Mariana, quien había llego al instituto y al no encontrarme decidió ir a buscarme. . . gracias a dios.

Con toda la calma del mundo me levante de la cama y volteé a ver el reloj, no podía ser tan tarde, me frote lo ojos para ver mejor y descubrí que había visto bien la primera vez, me bañe y cambie a toda prisa, esta vez ni siquiera me preocupe de arreglarme él cabello. . . tampoco es que lo hiciera los demás días pero por lo menos lo cepillaba, tome mi teléfono. . . que para mi es indispensable, mi mochila y salí disparada hacia la puerta.

—¿Que paso contigo?—me pregunto un poco enfadada

—Me pase de sueño—dije con un bostezo

—Pues deberías poner el despertador más temprano

—Pasaría lo mismo

—Volveremos a llegar tarde si sigues hablando más de lo que caminas

—En mi defensa alguien pudo haberme levantado a tiempo

—Sabes que nunca lo hacen

—Ok ganaste, vámonos

Las clases se me hicieron eternas, esta vez incluso más que otros días, lo único que me hizo resistir para no dormirme fue la bola de papel que me lanzó Mariana, y decía "resiste, solo dos clases mas e iremos de compras ", esa línea hizo que me saliera una sonrisa, no existe algo mejor en un día como este que ir de compras.

Cuando no empiezo él día con buena cara solo existen dos cosas que pueden hacerme sonreír;
Un buen libro e ir de compras.
Y la segunda es un poco más divertida, cuando por fin terminaron las clases tome mi mochila, a Mariana del codo y salí a toda prisa.

—Wow, tranquila chica, ¿que acaso hay algún herido?

—Solo mi cerebro con ese aburrimiento—dije señalando él aula donde habíamos estado

—Nena déjame decirte que ese ya estaba dañado desde hace mucho tiempo—le di un ligero golpe en el hombro y ella se echó a reír.

Visitamos muchas tiendas y compramos bastantes cosas, todo había ido de maravilla. . . hasta que saliendo de una tienda de ensaladas; choqué con un tipo, que hizo que todas mis bolsas e incluso mi ensalada salieran volando, ambos caímos al suelo, pero desearía no haber caído así.

Nada InteresanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora