Capitulo 8

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Lo pensé mucho, creo que si me quisiera matar o violar no se habría tomado la molestia de preparar todo esto para mi, solté un suspiro y me senté, me ofreció vino pero sinceramente quería tener la mente despejada para saber a donde iría todo esto.

-Vanessa quieres algo dulce o algo salado?- me sorprendí, se tomo la molestia de preparar mas de una opción.
-Algo dulce- dije con un poco de pena.
-Algo dulce sera- acercó un par de platos cubiertos y los colocó en la mesa, al quitar la tapa descubrí que era un gran surtido de gomitas y caramelos de todos los tamaños, colores y sabores que quisiera, solté una risita y de dije
- wow tengo que buscar él numero de mi dentista, creo que mañana lo necesitare- el río un poco y dijo.
-Ahora olvidemos todo y a todos por un par de horas ¿te parece?- la verdad yo necesitaba un buen rato sin problemas ni tareas así que asentí con la cabeza y comenzamos a comer los caramelos.
De la nada se levanto a toda prisa de su asiento y fue a una mesa cercana mientras dijo.
-Tengo una idea- no sabia a que se refería pero no me levante, cuando regreso me dio una cuchara flexible.
-¿Tienes buena puntería?- lo entendí todo.
- Siempre he sido buena tiradora- él río.
- ¿A si?, pues yo gane él campeonato de lanzar caramelos con una cuchara- dijo mientras preparaba un caramelo para ser lanzado, yo también prepare un caramelo mientras reía.

-Las damas primero- apunte lo mejor que pude a su boca y dispare

Falle, le dio en un ojo.

-Creo que no obtuviste buenas notas en anatomía- me levante a toda prisa de mi silla y fui a ver si había causado algun daño grabe, por suerte solo perdió una pestaña.

-Lo siento mucho, antes era buena, creo que he perdido práctica- le dije apenada.
-No pasa nada, sigamos- me senté en mi silla y abrí la boca, él me miro mucho tiempo, soltó un suspiro y tiro.

Delicioso

-wow eres bueno para esto- dije mientras terminaba de comer la gomita.
-Jajaja tengo buena puntería, tu turno- Apunte a su boca lo mejor que pude y tire
Esta vez cayó en su cabello y me reí mucho, se veía tan gracioso con él caramelo enredado en él cabello.
-Empiezo a pensar que ni siquiera apuntas a la boca-dijo riendo
-Dejame mostrarte un truco- se acerco a mi y se coloco detrás de mi, me rodeo con sus brazos y con una mano tomo la mía y puso la cuchara en ella, con la otra comamos él caramelo y lo pusimos, estaba un poco nerviosa por estar así, comencé a percibir el aroma de su loción y casi me desmayo, era una loción única, no había conocido a nadie mas que la usara, era deliciosa, olía como los ángeles, sin darme cuenta había cerrado los ojos, él se acercó un poco mas a mi y me susurro al oído.
-Cariño, creo que tienes que abrir los ojos para apuntar mejor- su voz masculina y sensual me hizo estremecer, abrí los ojos y voltee para verlo a la cara, estábamos tan cerca que si alguno se movía un centímetro nuestros labios se tocarían, me miro a los ojos, después a los labios, volvió a verme a los ojos y se mordió él labio.
-Vanessa, si quieres que me resista y no te bese tendrás que dejar de hacer eso- me dijo casi como un susurro.
-¿Dejar de hacer que?- pregunté con voz temblorosa, estaba muy nerviosa por estar así, pero se sentía tan bien que no quería apartarme.
-Tienes que dejar de oler tan jodidamente delicioso, tienes que dejar de morderte el labio cuando estas nerviosa, tienes que dejar de ser tan perfecta en todos los sentidos si quieres que me resista, y aun así, no creo resistir por mucho tiempo- sus palabras me hicieron sentir especial, las mejillas se me calentaron y se pusieron muy rojas.

Se acerco y me dio un beso en la comisura de los labios.

Nada InteresanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora