Emma

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-¿Em, segura no quieres ir a ver a tu papá?
-No, ahora no.
-¿Necesitas algo?
-A ti.
La rubia lo atrajo hacia sí y le comenzó a besar esos labios que tanto le encantaban. El joven se sorprendió al principio, pero acepto cada beso con más entusiasmo.
Estaban en la enorme casa de Emma, precisamente en su cuarto. La casa como era de costumbre estaba vacía, salvo por algunas personas que trabajan sirviendo allí. Ninguna por la cual preocuparse.
Emma lo sabía y se quería aprovechar de eso.
Ella segura de dar el primer paso se quitó la blusa dejando a la vista su sostén de color negro que resaltaba el tono de su piel. Después de eso le dio un suave empujón al chico para que cayeran en la cama. Emma al estar sobre las piernas de él, sentía emociones por todo el cuerpo. Nathan se sorprendió aún más pero eso no le impidió el que ahora él se quitara la camisa.

Ambos se dejaron llevar por el momento.

Ambos se besaron con la misma intensidad.

Y ambos sabían que terminado el momento, se arrepentirían.

Extraño esos díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora