Sin nada que perder

2. Principio

Fue mi padre el que decidió que nos mudáramos a este pueblecito al que yo llamaba "elculodelmundo", así, sin espacios. Para que os situéis un poco mejor en el contexto, mi madre murió durante el parto de mi hermanito... en el que murieron los dos por razones médicas que aún sigo sin saber, y mi padre y yo tuvimos que arreglárnoslas solos.
No voy a entrar en detalles porque como ya he dicho no sé demasiado de aquello y preferiría no hablar del tema.
Mi padre trabaja de lo que puede, ya que en esta familia la que poseía un buen currículum era mi madre, siempre tan lista y lógica... Nunca he tachado a mi padre de tonto pero sí que es verdad que podría haberse esforzado un poco para sacarse un título y encontrar un buen trabajo a su altura; es un hombre muy inteligente, solo hay que hablar con él para darse cuenta, pero por una situación o por otra su futuro le ha llevado hasta aquí.
Muchas veces me he parado a ayudarle a buscar un trabajo buscando por internet en miles de páginas, pero no encontraba nada que me pareciera rentable. Aún sigo dando gracias por aquel día en el que decidí volver a buscar en internet y encontrarle aquel trabajo; la mala noticia es que para ello teníamos que mudarnos a un pequeño pueblo que casi ni se distingue en el mapa.
El trabajo consistía en ayudar a un hombre mayor a conservar y cuidar su librería, la cual estaba llena de libros de todos los géneros y épocas. A mi padre siempre le han fascinado los libros y se enamoró al ver las fotos de aquella librería y la cantidad de estanterías que había en ella llenas de historias que alguien quiso contar.
Nunca me supo mal irnos de la ciudad en la que residíamos ya que así podíamos tener una oportunidad de alejarnos de todos aquellos malos recuerdos que queríamos olvidar y tampoco tenía demasiados amigos a los que echar de menos.
Cogimos las maletas y nos fuimos a aquel pequeño pueblo donde me estaría esperando algo que quizás nunca imaginaría.