¿No habéis notado nunca que la soledad es vuestra mejor compañía? Yo sí. Sinceramente no espero nada de nadie, voy viviendo a mi manera y que venga lo que tenga que venir, pero sin ilusión, sin emoción, solo con imprevistos y sin ganas de responder a ellos.
Puede parecer una historia muy triste la que vengo a contaros aquí, pero la realidad no es más que tristezas acumuladas tapadas con unas cuantas sonrisas forzadas. Y siempre vendrá alguien que te mencione el pesimismo y te quiera convencer de ver la vida con buenos ojos... pero siento que no puedo, no después de aquello.
Llamadme débil, llamadme pesimista, llamadme todo lo que queráis... No tengo fuerzas ni para rebatirlo.
También puede ocurrir que te digan que lo que ahora mismo estás sintiendo sea algo pasajero y que algún día puedes retomar tu vida con un poco más de color, y quizás tengan razón; pero una persona no olvida, solo reduce sus pensamientos y sentimientos al rincón más pequeño y los aparta porque desde su interior piensa que es mejor así.
Nunca me ha gustado el color gris y ahora me siento así, gris. Ni el color blanco representando la felicidad ni el negro representando la tristeza, solo gris. El gris que nunca espera nada.
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Sin nada que perder
CasualeUna historia intrigante con muchos misterios que descubrir, espero que la leáis con la misma ilusión con la que lo estoy escribiendo yo. Intentaré subir un capítulo cada dos días pero no prometo nada seguro. Un saludo lectores!