Las "supermodelos" de mi colegio pasaron por mi lado en la cafetería. Siempre llevaban prendas cortas, y llamativas. Yo simplemente vestía una sudadera.
De merienda compraron una ensalada de verduras y una botella de agua. Supongo que para cuidar su figura. Desde una mesa alejada las observaba, mi mejor amigo se encontraba a mi lado contándome sobre su fin de semana. No estaba prestando atención,noté algo muy raro en una de las "supermodelos".
Probó una cucharada de la ensalada y fingió que el plato se le había caído al suelo por accidente. Ella era bonita no hay duda, pero sus ojos reflejaban tristeza.
En un descuido salió de la cafetería sin ser vista, le pedí a mi amigo que aguardara un segundo.
La seguí hasta los baños de mujeres, ella se encerró en uno.
Espere un par de minutos afuera, aparentando que estaba mirándome en el espejo. De repente escuché unas arcadas provenientes del baño donde estaba aquella chica.
Toqué la puerta varias veces, pero nadie abría. Entonces me preocupé. Con un gancho de mi cabello abrí el cerrojo.
Me encontré a una chica arrodillada en el suelo, envuelta en un mar de llanto. Bajé a su altura y toqué su hombro levemente. Alzó la vista, sus ojos estaban cristalinos, tenía unas ojeras bastante pronunciadas. Me sorprendí al verla así, siempre parecía tan fuerte, y segura de si misma.
- Tengo hambre - sollozó por lo bajo.
-¿Por qué devolviste la comida?- le pregunté suavemente, no quería asustarla. - ¿Por qué haces esto? - fruncí mi entrecejo.
Me miró inexpresiva,luego tragó saliva en seco.
-¡No te das cuenta de esto! - el nivel de su voz aumentó mientras señalaba las ojeras bajo sus ojos. - ¡Estas ciega! - destapó su abdomen plano, la caja del tórax se marcaba de manera exagerada. Me sobresalté un poco por la impresión.
- Si, Lucy- abrí los ojos como platos- sé tu nombre, así no lo puedas creer - quedé perpleja - no he podido escapar de esta cárcel,asi lo quiera, paso hambre todos los malditos días y nadie se da cuenta. - varias lágrimas se desbordaron por sus mejillas.
Mi boca se cerró, incapaz de pronunciar palabra, nunca creí que una chica bonita sufría.
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L.G
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Bocas Que Callan ©
AcakPersonas "invisibles"guardianes del silencio con millones de pensamientos recopilados en este libro. TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS.
