ROMANCE DE LA NOCHE AMIGA

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Envuelto en aire de trébol

mi caballo galopaba.

Fríos temblores de miedo

le castigaban el anca;

sobre los húmedos pastos

la Noche se recostaba,

bajo la manta del cielo

con trigales por almohada.

Cayó sobre mí el silencio

como un puñal en la espalda,

y manos de duros dedos

me rodearon la garganta;

sordo rumor en el monte,

vago misterio en el cielo

sin límite ni horizonte.

¡Sin el asombro de un vuelo!

Sobre el camino el galope

de mi caballo cantaba,

violando la negra Noche

que lo miraba asombrada.

Rubores de inútil miedo

me subieron a la cara.

¡Con su perfume de trébol

la Noche me acariciaba!




Canciones del alma y de la rutaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora