Capítulo VI. La primera gota de sangre...

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A unos cuantos meses de que se acabara la escuela, ella ya no tenía con quien juntarse, pasó por tanto este año que en lo último que quería pensar era en un amigo, cuando paso de nuevo, cayó en depresión, pero no como la última vez, esta vez era real, esta era el tipo de depresión que no le da un tipo de persona, esta vez ya no salía de su habitación, ya no comía, ya no hablaba, parecía una persona esperando a la muerte, ahí acostada en su cama sin nada que pudiera animarla o hacer si quiera que se parara, esto antes de ser una depresión era una misión suicida.

Empezó como algo normal, se sentía enferma y no quería salir todos lo aceptamos, porque creíamos que todo era solo una faceta y que después ya todo seguiría siendo igual de normal, pero su faceta se volvió más y más larga cada día, a veces la veíamos solo los domingos pero ahora ni eso, porque todo el tiempo estaba llorando, un día llegamos tarde de la escuela, ella ya había llegado, cuando entramos a la casa y miramos a la cocina ahí estaba ella, tirada en el suelo, desangrándose por los brazos, había mucha sangre, nunca había visto tanta, cuando nos percatamos de lo que estaba pasando llamamos a una ambulancia solo rezábamos para que aun no fuera demasiado tarde, solo habíamos tardado 20 min. En llegar a la casa, al llegar al hospital el doctor que la atendió fue muy amable y a la vez sincero nos dijo que por unos minutos más, ella ya no estaría con nosotros, el problema no fue ese, fue después porque necesitaba urgentemente una transfusión de sangre lo más urgente, su tipo de sangre era muy difícil de conseguir recuerdo que estuve buscando en cada sala de espera alguien con ese tipo de sangre y por fin lo hallamos, pero cuando esto paso, su cuerpo no aceptaba la sangre.

Durante varios días estuvo en coma, no sabíamos que hacer, más que rezar y pedirle a Dios una segunda oportunidad que bueno sé que tal vez no se la merecía pero es mi familia y ella se merece todo lo que este a mi alcance y si necesito darle mi corazón se lo daba, el doctor nos recomendó que buscáramos ayuda para este tipo de casos, no es normal que un hijo tuyo se quite la vida, así por así, entonces nos dio el nombre de un psicólogo, el no brindo mucha ayuda para esos días tan pesados, que a mi parecer fueron de los más largos, no dormía teniendo fe en que algún día o noche despertara y que estuviera agradecida, cuando por fin en una mañana ella despertó....



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