Parte VI

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Esa noche tampoco hable mucho.La verdad esque el me tenía enajenada.No salía con mis amigos,no hablaba con mis padres,no comía bien,todo eso por estar pensando en él y en la última vez que nos vimos.Su mirada fue tan amenazante,cómo si hubieran tocado una parte sensible de el algo que era solo de él,que no permitía que nadie mas viera.Yo no lo hice con mala intención.Maldición,lo había arruinado todo y ahora el estaba enojado conmigo,pero¿por que me afectaba tanto?

-¿Cómo van las clases de piano?-Preguntó papá.

-Oh,bien.-Dije finjiendo entusismo.

-Ultimamente te veo ida.¿Algo te afecta?-Me interrogó mamá.

-No estoy durmiendo bien,es todo.-Mentí.

El mismo pensamiento dio vueltas en mi cabeza toda la madrugada.

"Nunca,nunca vuelvas a acostarte en la cama de mi esposa"

Sus palabras rebotaban en mi mente,desencadenando posibilidades que caían como dominós haciendome sentir cada vez mas usada por él.Era tan cambiante.Y eso incluso hacía que me gustara mas.Yo nunca había sido esa clase de chica a la cual le gusta que la maltraten,pero él era diferente.

En ese momento todo mi cuerpo y mi mente le pertenecían a él.No podía darme el lujo de entregarle también mi corazón.

A la día siguiente fui a la clase.El ya me estaba esperando.Me dijo que me sentara frente al piano y que repsaraa canción,algo que hacíamos poco ultimamente.Ya nisiquiera me acordaba de la melodía,pero lo intenté,una vez que atrapé el ritmo pude continuar.Él me observaba mientras yo tocaba.Sus ojos iban de mis manos a mi rostro.Entonces me beso las mejillas y puso su manos en mi cuello y de ahí las pasó a mis pechos.Deje de tocar.

-No te he dicho que pares.-murmuró firmemente mientras me besaba el cuello.

Tragué saliva y continué tocando.Era dificil para mi pues el no paraba de frotar partes de mi cuerpo que me exitaban de sobremanera.Cuando su mano bajo hasta mi coño mis dedos se desncontrolaron en las teclas de marfil y paré.

-No puedo hacer esto.-Le dije.

El dejó de tocar mi cuerpo y se incorporó.

-No contigo tratandome así.-remarqué.-Y luego esta lo de tu esposa muerta y tu hija.Ayer en verdad me asustaste.

Me tomó el rostro y me miró a los ojos con dulzura.

-No me mires así.-Le dije soltándome de él.

-Sé que te asuste.Esa era mi intención.-Aclaró.-Pero no me hagas parar ahora.Daría todo para poder ver ese brillo en tus ojos otra vez.

-¡No creas que puedes hablarme así solo para cogerme y luego hecharme!-Le grité con lágrimas en los ojos.

El guardó silencio con gesto serio.

-La primera vez que te ví-dijo después de una pausa.-lo primero que pensé fue que definitivamente te follaría.Te follaría hasta que sangres.

Era un pervertido.¿Cómo podía sacar esa clase de tema en una situación como esta?

-Te odio.-Le dije.

-No.-negó.-Me quieres.

Quería huir.Mis sentimientos habían explotado frente a el y yo nunca en mi vida me había abierto así con alguien.

-Tu no sabes nada.-Le dije.

Y salí de ahí.



El Maestro De PianoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora