La boda.

811 42 15
                                    

SIENTO MUCHISIMO HABER TARDADO TANTO, PERO BUENO AQUÍ ESTA EL CAPITULO, POR CIERTO HE PUESTO UNA CANCION, YO OS DIRE POR QUE PARTE DEL CAPITULO LA TENEIS QUE ESCUCHAR.

Capitulo 11. La boda.

***Mía

Desde que fuimos a la cena de los antiguos compañeros de Zac habían pasado varias semanas, en las que casi todas las noches, por no decir todas me cantaba nuestra canción al oído hasta quedarme dormida. Ahora también teníamos perros, un amigo de Zac se iba del país y no quería llevárselos asique nos los quedamos. Los dos eran American Stanford, grises y con algunas manchas. Noa, la mía todavía era una cachorrita, pero Troy el de Zac, de cachorro no tenia nada. Pero cariñosos como ellos solos, es mas, cualquiera diría que pertenecen a raza agresiva. Y bueno, hoy es el gran día para mi hermana. Hoy iba a darle el, si quiero,  a ese hombre que por mas tiempo que pasara nunca me iba a ser de mi agrado. Había algo en el que no me gustaba nada. Pocos de sus familiares habían venido, algunos hermanos con sus mujeres y sobrinas, en particular una de ellas que desde el primer momento le había echado el ojo a Zac.

(Flashback)

Quedaba una semana para la boda, y nos encontrábamos en casa de mis padres. Mi hermana estaba muy nerviosa porque en pocos minutos llegaría la familia de su queridísimo prometido. Mis padres estaban sentados en la mesa leyendo algunas facturas de la boda y Zac y yo no encontrábamos sentados en el sofá. Bueno en realidad yo estaba sentada en sus piernas, apoyada en su pecho y estábamos echando un pulso chino para matar el tiempo.  Os preguntareis donde esta Seth, bueno pues el muy capullo le rogo a mi hermana para que lo le obligase estar presente, y consiguió su propósito, pero cuando yo lo hice mi hermana me mando a freír espárragos, vamos que me mando a la mierda muy sutilmente. Asique hay me encontraba yo, pero bueno por lo menos me quedaba el consuelo de tener a Zac.

-          ¿Salimos a dar una vuelta?.- le pregunte al oído.

El asintió sonriendo descaradamente. Que se le estará  pasando por esa cabecita loca que tiene, pensé.

-          Enseguida venimos.- dije mientras que salíamos por la puerta.

-          Pero no os valláis lejos que enseguida llegaran.- dijo Alli.

Fuimos hasta el coche ya que empezaba a hacer calor y si los poníamos en la sombra probablemente después no serian como saunas.

Después me apoye en el capo esperando a Zac. Al llegar, vino hacia mí con una sonrisa seductora dibujada en el rostro. Paso sus brazos por mi cintura atrayéndome hacia su cuerpo.  

-          ¿Y si nos escapamos un ratito?

-          No me tientes, porque sabes que mi hermana nos mataría.

Afirmo riendo y empezó a darme besos cortos mientras que nos dirigíamos hacia la hamaca del porche. Allí me volví a sentar en su regazo mientras que nos dábamos besos cortos.

-          Y bueno esperemos que Mía y Zac estén por aquí.- escuchamos a mi hermana medio gritando.

Seguramente ella con su radar detecto que no estábamos precisamente hablando y no quería que la familia de su futuro esposo nos viese en esas condiciones. Pero a decir verdad, a mi me daba igual que nos viesen, pero por respeto a mi hermana nos levantamos.

-          Que casualidad, tenia razón.- dijo mi hermana al vernos. –Ella es  mi hermana Mía y su novio Zac.- hizo una pausa y continúo. –Mía, Zac, ellos son Mario y Bruno hermanos de Alex, acompañados de sus magnificas esposas, Jennifer y Elena, y sus hijas, Zaida, Patricia y Corina.

Te necesito.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora