Bruja

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-¿Qué haces aquí a estas horas? -le pregunto a mi hermana en un susurro-Si le dices algo a mamá, te juro que te quedas sin cejas, Nikki. Y no pienso hacerte los deberes, es que te quedas sin cejas. 

-Qué agresiva eres, hermana. Está bien, pero solo porque te debo un secreto de cuando... Ya sabes... Cuando rompí ese jarrón.


El año pasado le dio por hacer volteretas y le dio una patada a el jarrón favorito de mi madre. Y como mi madre ya se había quedado sin castigos para mi hermana, tenía miedo de lo que le podría hacer. Así que le dije que lo había roto yo sin querer, y como era la buena, me perdonó. No le pedí nada a cambio a esta enana pecosa, así que esta sería la oportunidad.


-Exacto. 

-Pero cuéntame quién es ese chico, ¿es tu novio? 

-Lo he conocido esta semana.

-¿Y ya es tu novio? 

-No, Nikki, no es mi novio. Y son cosas que no le incumben a una niña como tú. 

-Perdona, ya he entrado en la adolescencia. 

-Claro, claro. Creo que deberías estar acostada, tu osito Teddy te echará de menos. 

-No te pases, Dani, que ya puedo amenazarte. 

-Te resultará más fácil sin cejas. 

-¿Quién anda ahí? -pregunta la voz de mi madre desde la escalera. A ambas nos da un mini infarto-. 

-Hola, mamá- dice Nikki- tenía sed y he bajado a beber. Dani ya estaba aquí.

-Sí, he llegado hace unas horas y me he quedado dormida leyendo. Nikki me ha despertado para que subiera.


Menos mal que mi madre es una persona inocente, y mi hermana y yo un buen equipo de perfectas mentirosas. 


-Está bien- dice mi madre restregándose los ojos-. Las dos arriba ya, venga. Es tarde.


Tarde o temprano, según lo mires, son las cuatro y media de la madrugada. Jamás había llegado a casa a esa hora. Como era de esperar, me quedo dormida nada más tirarme al colchón y despierto a las once de la mañana, así que no he dormido tanto, pero es tarde. Voy en mi pijama tres tallas más grandes, bostezando por las escaleras con el pelo alborotado cuando mis primos gemelos de seis años vinieron hacia mi y se me engacharon, cada uno en una pierna.

-¡Dani! ¡Dani! Creíamos que habías muerto.
-O que te había secuestrado una bruja mala.
-Para matarte.

¿De dónde sacarán los niños esas cosas? Cojo a uno en brazos y el otro de la mano, porque no puedo con los dos.

-Las brujas malas no pueden matar a las de su especie, renacuajos. -Les digo. 

-¡Dani es una bruja mala!


El que tenía en brazos sale casi volando. No sé como no se ha matado. Los niños son de goma.


-Hombre, ya era hora. -Dijo mi padre revolviéndome el pelo, como si no lo tuviera lo suficientemente mal ya -. ¿Cómo está mi pequeña? Llegaste tarde anoche. ¿No? 

-No tanto. 

-¿Saliste con un chico? ¿Bebiste mucha cerveza? 

-Con Jane, y por muy irlandesa que sea de corazón, sabes que la cerveza no es lo mío, papá. 

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⏰ Última actualización: Feb 03, 2016 ⏰

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