Cinéfilos

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No puedo evitar descargar varias de sus canciones pegadizas y los escucho de fondo mientras leo cosas sobre ellos. Como he llegado algo tarde, me he puesto a investigar desde su formación hasta los días actuales. Al principio tenían unos peinados horribles, que parecían lamidos por una vaca, todos iguales, y creo que Mick no se había decantado por el negro aun. Cantaban de manera mucho más tímida, dejando mucho que desear, pero aun así no podía dejar de mirarlos y ver un vídeo tras otro, contemplando su evolución y enamorándome un poquito de ellos, cual saco de hormonas. 

 El Riley de 2012. con ese pelo desastroso y esa cara de niño, era realmente gracioso. Pero después de ver su evolución, cómo había mejorado cantando, cómo brillaban sus ojos oscuros, y esa risa escandalosa que no escondía, también me he enamorado un poquito de él. Y me pongo cada vez más nerviosa el pensar que he estado tan reacia con él. Tan normal. Como si fuera normal.

Me paso las siguientes tres horas así, empapándome de todo, absorbiendo información y vivo el siguiente día como si fuera un robot que espera que pasen las horas. Volvemos a hablar el viernes en la hora del descanso, cuando las notificaciones hacen temblar mi teléfono.

"Graham, ¿te has olvidado de mi?"

"¿Quién eres?"

"¿En serio?"

"No, no eres tan fácil de olvidar."


Seguidamente, me llama. Miro alrededor como si fuera una fugitiva y busco una esquina para hablar.


-¿Si? -Contesto. 

-Conque no soy tan fácil de olvidar.

-Ventajas de ser Riley Hood.-Digo imitándolo, y escucho su risa.

-¿Voy a por ti después de clase?

- ¿No nos íbamos a reunir por la tarde?

-Como tú quieras, yo no tengo nada que hacer.

-Prefiero salir por la tarde, ya le he dicho a mi madre que estaré para el almuerzo. -En realidad es que, venga, no puedo ir con esta cara. 

-Vale. ¿Qué quieres hacer? ¿Te apetece ir al cine?

-Me parece una idea estupenda.

-Vamos, entonces. Paso a recogerte hacia las 5 y media, ¿si?

-Genial. ¿En la puerta de la cafetería de tu tío?

-Perfecto. Nos vemos luego.

-Hasta luego.


Cuelgo feliz y termino la última clase del viernes, que no podía ser otra que matemáticas. Salgo prácticamente corriendo del instituto, como (de nuevo) a la velocidad del rayo y me paso como media hora mirando mi moribundo y desierto armario. Acabo con una montaña de ropa encima de la cama, la cual me tocará recoger esta noche, y opto por unas vans negras con unos pantalones cortos y una camiseta blanca en la que se lee: "Draco dormiens nunquam titilandus". Cosas de los lectores de Harry Potter. Aunque suene una estampa demasiado común, mi madre tejía una bufanda para los niños sentada en el sofá. 

-Mamá, he quedado con Jane- Jane era una amiga con la que solía quedar de vez en cuando, para ir a la librería o filosofar tranquilamente, pero desde que se echó novio no la he vuelto a ver-. No sé a qué hora llegaré. Vamos a ir al cine. 


-Muy bien. ¿Qué película vais a ver?

-No tengo ni idea, llego tarde.

Dandelion - Define "clímax".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora