• t h r e e •

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– Al empezar a largarme vi avanzar entre la gente a aquel chico, recién entrado en la discoteca aun con la cazadora y el casco de la moto en su brazo

Rubio, delgado y con aquella piel blanca casi pálida.

El estomago se me encogió ardiendo y espere a que pasara por mi lado para que viera que le estaba mirando.

Pero no me hizo caso y siguió a lo suyo.

Ya lo tenia..

Era envidia o deseo.

Aquella noche iba a averiguarlo, y aquel chico era perfecto pero algo me daba a entender que ahora iba lo más difícil

El chico volvió a pasar por mi lado y me miró, pero como se mira a cualquiera, sin percatarse de como lo miraba yo, ni lo que el me estaba haciendo sentir.

El se fue con un grupo de gente que lo estaba esperando y se quedó con ellos junto a la barra. Yo decidí ponerme cerca de ellos y pedirme una cubata mientras seguía mirándole.

El ya se había dado cuenta de que lo miraba, pero, francamente, pasaba de mi.

El camarero me dio mi ron con cola y una invitación a una discoteca muy famosa.

Decidí atacar de forma indirecta y mientras el hablaba con su amiga, aproveche para preguntarle a su colega dónde quedaba la discoteca mostrándole la invitación.

Le explique que era de fuera, me lo dijo, le di las gracias y fin.

Intento frustrado.
Estaba claro que ligar no era lo mío.

Seguí rondando por ahí, creo que no exagero si digo que una hora.

Subía al piso de arriba, me alejaba y cambiaba de sitio.

Me había dado cuenta de algo: si desaparecía del campo visual del tío o fingía salir del bar, el se giraba o parecía buscarme o comprobar que seguía allí.

Pero parecían figuraciones mías, decidí seguirles si salían del bar, pero no se movían de allí. Y ya estaba cansado de no hacer nada, y después de tanto rondarle me parecía tan antinatural acercarme que decidí marcharme a casa.

Y cuando ya tenia el vaso de plástico y el local estaba casi vacío, en vez de irme aplique aquello de –Pero bueno, a mi que carajo me importa si hago el ridículo o dejo de hacer si son gente que en cualquier caso no volveré a ver en mi vida–

Y con la decisión tomada y mis dos cojones me arme de valor, invente una excusa y con paso firme y decidido me dirigí hacia el.

...

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