07. M O M M A.

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|Z O E Y |

Despierto con una sensación extraña en mi estomago, tal vez no fue muy buena decisión cenar mariscos... O tal vez solo sea aquella sensación amarga que tengo desde ayer al saber que mamá viene a por nosotros hoy.

Debería estar emocionada... Debería.

- Enana, es hora de desayunar. Dentro de media hora viene mamá por nosotros - Me informa Hunter detrás del umbral de la puerta.

Por su cara noto que tampoco quiere ir a donde la esquelética mujer a la que supuestamente se le debe decir madre.

- Bien - Le regalo una de mis mejores sonrisas.

Últimamente siento que la escuela me va a comer viva o simplemente me ahogaré entre tanto examen y proyecto.

Era genial cuando llegaba de la escuela con ganas de mandar a la mierda todo y me encontraba con los Jack's, Nate y Sammy sentados en la sala esperándome para animarme. Ahora ni siquiera eso, ellos están demasiado ocupados.

Hace unas semanas Sammy y Nate tuvieron un problema con la disquera y su nuevo disco además que tenía problemas con algunos de sus amigos, por eso no he podido verles y a los Jack's... No lo sé... Posiblemente sea por sus novias.

Joder, me atrevo a decirlo extraño al imbécil de Sammy más que a nadie.

En fin. Veinte minutos más tarde estoy lista para ir al infiern... Digo, a Chicago con mamá.

- ¡Disfruten el vuelo! - Grita papá antes de que Steven cerrara la puerta detrás de el.

Con las maletas en mano nos montamos al taxi que habíamos pedido con anticipación.

- ¡Dicen que los hot dogs de Chicago son los mejores! - Dice Jace con entusiasmo.

- Hum... Sí - Susurro.

Los tres se ponen a hablar sobr comida y chicas pasando de mi existencia olímpicamente.

Pff.

Al llegar al aeropuerto hicimos lo que pedían y todas esas mierdas que piden hasta que dentro de unos interminables treinta minutos nos dejaron subir al avión.

- Asiento 17-B, 18-B, 19-B... Oh, aquí esta el mio - Mascullo.

Mi compañero de vuelo era una chica de cabellos color azabache -y por lo que puedo decir- lucía amigable, al momento en el que me senté a su lado me sonrió.

Cuando acabó la rutina de las azafatas nuestro vuelo comenzó, todo era muy tranquilo y por lo que veía en mi teléfono llegaríamos dentro de poco.

- ¿Eres de Chicago? - Rompe el silencio la chica.

- Em... No, mi madre lo es - Respondo - ¿Y tú?

- Mi prometido - Dice con una gran sonrisa.

- Uau... Luces... Luces.

- ¿Muy joven para estar casada?

- Sí..

- Tranquila, ya estoy acostumbrada a ese tipo de comentarios - Concluye con una sonrisa.

- Lo lamento.

- No te disculpes, yo también pensaría lo mismo pero luego de entregar tu amor a alguien sabes que lo único que importa eres tú y esa persona.

¿Que bonito?

- Hm.. Sí.

Sin decir nada más me callo y continuo viendo el reloj de mi teléfono.

Daddy |Sammy Wilk| CanceladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora