C i n c o

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Me agarra la cara con ambas manos, mi corazón y mi respiración empiezan a agitarse.

- Para mí... eres más que un reto - me dice al oído...

Y mi cuerpo siente una corriente eléctrica.

Ya va. Sus ojos se achican.

Se está burlando de mí. Jo, ¡Se está riendo!

- No pienso besarte si es lo que está en tu cabeza. - se ríe - Deberías aprender a relajarte más - y cada palabra es como un aguja más a mi corazón.

- Bajate del coche - sueno lo más sería posible.

- No, ¿acaso estas loca? Es de noche - me da un pequeño golpe en el hombro jugando.

- Quiero que te bajes de mi coche - estoy intentando lo más posible de no llorar y el no me hace caso. 

Abro la puerta para irme a los puestos de atrás pero, cuando me percató esta agarrando mi pierna.

- ¿Qué te pasa? - parece preocupado.

Pero esa preocupación debe ser igual de falsa como todo lo que he sentido.

Debe ser genial burlarse de la gente.

Ugh.

- Tengo sueño, dormiré atrás, cuando lleguemos me despiertas - dicho esto me bajo y me paso a los puestos traseros.

Aquí tengo una sábana y una almohada.

Sí, soy rara.

Pero cuando haces viajes largos con niños es lo mejor que puedes tener en el coche.

Me acurruco y veo la mirada de Emmanuel sobre mi en el retrovisor.

-

Emmanuel's POV

Verla dormida es lo más relajante que hay. Se que me porto mal, más ella debe saber todo es un juego, obviamente.

Nunca he tenido una relación seria, todo ha sido por ratos. Pero ella no parece chica de un rato...

La inocencia la irradia hasta en la forma en como camina. Y no es algo que quisiera todo el mundo viera.

Ella es mía ahora, así sea sólo un juego.

No puede ser que sea tan cursi en la vida.

Hay un campamento aquí al norte, donde quiero llevarla.

Es la época de tulipanes, combinan con su cabello pelirrojo.

En el trayecto voy curiosando lo que tiene en su coche.

Una botella de agua, un atrapa sueños, un conejo de peluche como decorativo. Oigo su respiración, duerme tan plácidamente.

Llegó a la estación de tren, hay que tomar uno para llegar al campamento, me estaciono.

¿Aja y ahora?

Ajuro la tengo que despertar. Si la cargó armaria un drama.

Me bajo del carro y me propongo despertarla.

- Leah, despierta - susurro

Dios, que sueño tan pesado.

- Leah, vamos despierta - mientras digo esto le tocó el hombro. - Joder, despierta...

Sigue durmiendo plácidamente. Como que si yo no existiera.

Tendré que cargarla. Abro la puerta por completo, jalo sus piernas y la cargó. Para mí sorpresa ella enreda sus brazos en mi cuello.

DemainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora