Capitulo 22

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Respiré el aroma de su colonia, no era una escencia muy común que los chicos solían usar. Me apretó con más fuerza y yó le devolví el abrazo.
¿Porqué estaba haciendo esto? Estaba muy segura de lo que sentía Maxi por mí, pero, ¿Podría yo sentir lo mismo también?

Lo conozco desde hace mucho tiempo, él ha sido siempre uno de mis amigos más fieles, siempre había estado ahí cuando yo lo necesitaba, ¿Cómo podria herirlo? Yo tenía a ... Julián.

— Puedes contarme Oriana.— me dijo.

No no no no, por supuesto que no podía contarle.

¿Qué se supone que le diría? ¿Que mi novio me dejó para ir a matar gente? ¿Que éra un criminal y prometí no decirle a nadie? ¿Que me acosté con él mientras mis padres no estaban?

No.

Lentamente levanté mi mirada, preparandome para mentirle en su dulce y amigable rostro.

— Es.. es que..— comenzaba a decirle pero me interrumpieron.

— ¡Hey Max! Tenemos practica hoy después de la escuela.— le dijo un chico que conocía desde 2 grado.

— Ya me habían dicho Mark, gracias.— le contestó y le dedicó una sonrisa, después regresó a nuestra conversacion. — Entonces ¿Qué te pasa?.

— Es solo que mi hermano ha avergonzado a nuestra familia, me afectó más de lo que debería.— le contesté, MENTÍ.

Maxi me miró sospechoso.

— Lo siento mucho, tu hermano debió saber que eso no estuvo bien.

Yo solo asentí y traté de alejarme de su alcance. Maxi fingió no darse cuenta, ambos caminamos hacia donde estaban los demás chicos.

Estaba completamente quieta y callada, dejando que la culpa me comiera viva. Me sentía terrible, caminé hacia Lali y me abrazó, como siempre lo hacía. Me senté con las chicas y los chicos se sentaron al otro lado de la mesa.

— Siempre te ves un poco pálida Oriana.— me dijo Maru preocupada.

— Cierto.— contestó Jenny tocandome la frente.— debes tener fiebre.

Lali también sintió mi frente y después tocó mis manos.

— ¡Estás hirviendo!.— exclamó lali al momento de tocarme.

— No, solo es la temperatura de aquí, no se preocupen.— traté de calmarlas.

— No deberías ir a practicar soccer hoy, mejor quedate a descansar.— me sugerió Lali.

¿QUÉ?

— No no, estoy bien. Si me siento mal no iré.— les mentí.

No, claro que no abandonaré el soccer.

— Si quieres, yo le puedo decir al entrenador...— Maru también estaba en el equipo.

— De verdad, ¡ESTOY BIEN!.— les dije casi gritando.

Había levantado demaciado mi voz, a lo que los chicos voltearon a ver que pasaba y me sentí incomoda.

— Peron, pero en verdad estoy bien.— les repetí.

— Si tu lo dices.— contestó Jen.

En ese momento llegó Max, y me dió un jugo de naranja.

— Tómatelo.— me ordenó él.

Lentamente miré hacia él.

— Gracias.— le contesté.

— Cuando quieras.

El timbre sonó y caminé hacia mi clase, pensaba... ¿Qué hubiera hecho Julián? Cargarme y llevarme lejos de ahí por supuesto.

Entré a mi clase hirviendo en temperatura, me tomé el jugo de naranja que Max me había dado, me sentía un poco mejor. Tomé un poco más para mejorarme.

Después de la escuela, Maxi me alcanzó mientras yo iba hacia los casilleros para ir a practicar.

— ¡Hey hey! Usted señorita se irá a casa.— me dijo él.

— ¿Qué dices? Me siento bien, gracias por el ju...— le estaba diciendo, en ese momento tomó mi mano.

Max levantó sus cejas.

— Estas hirviendo, lava girl, te llevaré a tu casa.

Se aferró a mi mano tomandola con fuerza y comenzó a acompañarme hacia mi casa.

— ¿Qué hay de tu practica de basketball?.— le pregunté.

— El entrenador se divorció, ahora se desquita con nosotros... tú sabes, mejor me pierdo eso.

Oh diablos, ¿Qué puedo ahcer para que regrese a la maldita escuela?

— Vamos porfavor, regresa a la escuela.— le sugerí.

— Tendré que ir a casa una vez que te acompañe a la tuya, después iré a ayudarle a mi papá en su oficina.

— ¡PORFAVOR! — le dije levantando un poco la voz.

— No empiezes Oriana.

Gruñí y seguí caminando, de repente, ví algo en mi arbol.

Éra aquel cabello negro tan familiar para mí, aquel que podría reconocer donde sea.

— ¿Viste eso?.— pregunté, me acerqué un poco y no ví nada.

Maxi miró donde le dije y comenzó a reir.

— ¿Ver que? Necesitas un decanso, ahora comienzas a ver cosas Oriana.-

Me dijo y después me soltó de las manos para que caminara hacia mi puerta.

— De verdad debí ir a la practica, te odio Maximo.— le dije en tono de burla.

— ¡Ja! Lo sé, lo sé. Espero que te sientas mejor.

Max esperó a que entrara a mi casa, él era lo suficientemente inteligente como para darse la vuelta estando yo aún afuera. Hubiera corrido de regreso hacia la escuela.

Me dijo adiós con su mano y cerré la puerta, lo miré mientras se iba. Una vez que lo perdí de vista salí hacia el arbol, busqué entre mis plantas y el jardín, no encontré nada.

Max tenía razón, estaba comenzando a ver cosas.

12.03.16

Enamorada de un Asesino - Orian | ADAPTADA |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora