Harry me llevo a Sweet Tententions, la dulcería mas famosa de la ciudad.
A esta hora de la mañana estaba repleta de toda clase de gente, pero Harry me condujo hasta una mesa algo apartada, cerca de la gran ventana.
- Si mi madre me castiga de por vida por culpa tuya, te asesinare - le dije señalándolo con un dedo.
Harry se ríe y por un momento me dejo transportar por ese delicioso sonido.
Adoraba su risa; era como un río que discurría alegre y feliz por la ladera de la montaña.
Lo observó con una sonrisa de oreja a oreja pintada en mi cara, cuando sus ojos marrones se encuentran con los míos.
Su mirad penetra con fuerza en mi interior y puedo sentir como algo se retuerce en mi estómago de manera deliciosa.
Me siento como si estuviera flotando en una nube; tengo la extraña sensación de que todo a mi alrededor es bonito y prefecto.
Espera un momento... ¿que demonios es esto?
¿Porque me siento así de bien cada vez que Harry esta cerca?
Aparto la mirada aturdida y confusa, y miro el parking por la ventana.
- ¿Que quieres tomar, Sara? - me pregunta Harry tratando de encontrarse con mis ojos.
No lo miro; es demasiado raro lo que siento cada vez que lo hago.
- Un café con leche esta bien.
- ¿Nada más? - pregunta la camarera.
Niego con la cabeza pero sin apartar la vista del cristal.
Cuando la camarera se marcha un silencio incómodo desciende sobre nosotros. La tensión en el ambiente se podría cortar perfectamente con un cuchillo pero es Harry el que la rompe con su voz.
- ¿Estas bien? - me pregunta.
Asiento.
- ¿Segura?
Vuelvo a asentir.
- ¿Porque no me miras?
Debo admitir que esa pregunta me pillo desprevenida.
Gire la cabeza y le mire. Y de nuevo allí estaba esa sensación de felicidad absoluta que me arrastraba.
Iba a contestarle pero para mi suerte llego la camarera y me interrumpió.
Bebí mi café a toda prisa; quería poder escapar de la mirada de Harry lo antes posible.
Mire mi reloj y me levante con ímpetu.
- Debo volver a clase. Nos vemos - anuncie para luego salir casi corriendo de allí.
Una vez fuera respire hondo varias veces y comencé a sentirme mal.
Había dejado a mi mejor amigo plantado allí dentro por unas paranoias que habían en mi cabeza... pero necesitaba alejarme de él, al menos durante un tiempo, para aclarar el caos que había dentro de mi.
Volví a respirar profundamente y me encamine hacia el instituto.
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¿Amigos? Mala idea.
FanfictionAdoraba los hoyuelos que se formaban en sus mejillas cada vez que sonreía, esa manía suya de despeinarse el pelo, esos ojos verdes que me desorientaban... Amaba cada pieza que formaba su singular ser... ¿El único problema? Él es mi mejor amigo .