Prólogo

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El suelo está cubierto por un manto blanco. Tras cada paso dejo una huella que no tarda mucho en ser cubierta ya que la nieve continúa cayendo. Tengo ocho años y estoy volviendo de la escuela. Un día más en el que mis padres olvidaron ir a buscarme. La puerta de casa está entreabierta, algo que no es tan raro, incluso en esta época del año. Siempre olvidan cerrarla.
Entro a mi hogar y cierro y trabo la puerta. No vivimos en el mejor barrio, y no sería la primera vez que alguien entrara a robar aprovechándose de ese descuido de mis padres.
Se escucha el llanto de un bebé proveniente de una de las piezas. Mi hermano. Entro al cuarto de mis papás para encontrarlo sólo, gritando sentado en el piso.
-¿Mamá? - llamo, pero nadie contesta. -¿Estás en casa?- pregunto mientras recorro las habitaciones.
Por debajo de la puerta del baño de asoma un líquido oscuro, y cuando la abro lo único que puedo ver es sangre. Mucha sangre.

EfímeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora