·Cap21: Recibida Agresiva·

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   Legolas con sus arqueros no bajaba el paso y cada vez estabam mas cerca de Gondor, pero todavía les faltaba un buen camino. Mordor ya había partido con sus tropas, a cargo de ellas Gongor, el Uruk Hai preferido de Saruman, pero por encima de Gongor vigilando desde el aire iban tres Nazgul, todos dispuestos a acabar con los humanos y dar ese gran paso para la extinción de la tierra media, estaban a pocas horas de Gondor ya alrededor de diez mil orcos.

Pero las paredes de Gondor lograban recibir un aviso milagroso. Arwen yacía descansando en su recámara hasta que de un momento a otro el sueño cayó en ella y durmió, en sus sueños veía sombras, la oscuridad le hablaba, trataba de meterse en su mente, hasta que Arwen logró salir de su sueño y despertó, exaltada y un poco sudada, impresionada por lo que vió. Corrió a la sala del rey donde Aragorn estaba reunido con Faramir, Eomer, Aramir y Digor.

--¡Aragorn Aragorn!.-- Llegó gritando Arwen al lugar desesperada por ser escuchada.

--¡Arwen!.-- Dijo Aragorn mientras se levantó de su trono y tomó las mejillas de Arwen intentando calmarla.-- ¿Qué ha sucedido?.

--Lo he visto, Sauron, estuvo en mis sueños, fue una visión.-- Respondió exaltada.

--¿Qué viste?.-- Preguntó Aragorn empezando a preocuparse.

--Me pidió que me uniera a el, que no hay futuro, ésta noche... Ésta noche quizás alrededor de diez mil orcos vendrán a atacarnos junto con Nazgul, planean exterminar a Gondor.-- Contó Arwen muy preocupada.

--Ya veo, debemos alistar las tropas.-- Dijo Aragorn mientras todos se levantaron de sus sillas y empezaron a dirigirse hacia afuera.-- Mil gracias Arwen, Gondor y yo te lo agradecemos.

--Aragorn, cuídate, cuidense, aguanten, yo sé que Aralorn llegará con ayuda.-- Contó Arwen.

--Lo sé, sólo espero que lleguen a tiempo.-- Respondió Aragorn y salió del castillo también.

--Tengo un plan mi rey Aragorn.-- Dijo Aramir mientras Aragorn salía.

--Cuéntame.-- Respondió Aragorn.

Mientras Aramir contaba su plan a Aragorn al igual que todos planeaban como defender a Gondor ya la hora final se acercaba y Legolas y su reino se dirigían a Gondor con toda la prisa posible.

Mas allá Gandalf, Endarion, Aralorn y Radagast estaban atravesando el paso de las montañas Mithgul, lleno de nieve y con problemas para que los caballos y los conejos cruzasen.

--¡No puede ser!.-- Exclamó molesto Aralorn. -- Estamos perdiendo velocidad, nos alcanzarán así.

--Oh mi querido Aralorn, mas bien estamos haciendo historia, nunca alguien estaba recorriendo éstos caminos con tal velocidad, llevamos horas de ventaja al tiempo normal que tardarían las personas para llegar a Aglarond.-- Explicó Gandalf.

--Claro, pero no es suficiente.-- Acotó Radagast mientras veía al cielo y entre sus labios conjuraba un susurro.

--¿Qué hace?.-- Preguntó Endarion. Pero Radagast siguió sus susurros. Hasta que finalmente pasaron cuatro grandes águilas por el lugar y tomaron con sus garras a cada uno de ellos junto con sus caballos.

--¡Bien ahora si!.-- Gritó Aralorn.

--Ahora llegaremos al anochecer a Aglarond, lo mejor será que podemos llegar directo a la entrada de las cavernas centelleantes.-- Contó Radagast.

--Oh mi viejo Radagast, no paras de ser útil.-- Dijo Gandalf con satisfacción en su rostro.

Pasó otro rato mientras todos se preparaban, ya el ocaso estaba llegando y las tropas de Mordor podían divisar a Gondor, estaban todas acomodandose en sus distintos batallones, llegaban con catapultas, trolls de las montañas, orcos, Uruk Hai y todos comandados por los Nazgul que venían desde el cielo. Mientras que desde los muros de Gondor Aragorn observaba, ya con su armadura puesta, su espada preparada y al igual que sus soldados; dispuesto a pelear hasta su último aliento.

--Todavía no hay señal de los elfos señor, y la batalla empezará en cualquier momento.-- Informó Faramir al rey Aragorn.

--Ya veo... Tendremos que aguantar los que estamos aquí.-- Respondió Aragorn.

--¡Soldados!.-- Gritó Aragorn desde la entrada de Gondor, donde todos los soldados amontonados esperaban sus órdenes.-- ¡Hoy pelearemos como nunca antes! Y como hombres gloriosos de Rohan y Gondor acabaremos con nuestro enemigo, no habrá piedad, no habrá compasión, no habrá espacio para los errores, porque ésta noche, cuando el sol termine de ponerse, ¡mandaremos a esos engendros de vuelta del hueco del que vinieron!.-- Gritó Aragorn a todos los soldados dando su discurso para motivar. Seguido de éste llegaron los aplausos y los gritos de guerra, todos los hombres preparados para luchar hasta la muerte.

--¡Ahora todos a sus puestos!.-- Gritó Eomer.

Todos los Rojirim salieron de Gondor, estaban cubriendo los muros por fuera, atrás de los Rojirim estaban todos los guerreros de Gondor y Rohan, atrás de ellos observando en la puerta de Rohan estaban Eomer y Aragorn, preparados para dictar cualquier cambio en el curso de la batalla, mientras que Digor se puso a la cabeza, algunos metros mas adelante de los Rojirim sentado en si caballo y preparado con su escudo y espada. Y entre los Rojirim y los guerreros estaban Faramir y Aramir, padre e hijo juntos, cada uno en un caballo preparados para luchar hombro a hombro.

Arriba en los muros de Gondor estaban todos los arqueros y mas soldados en las catapultas. Así como también habían algunos soldados de Gondor tras los muros, esparcidos por la ciudad, vigilando cada lugar internamente.

Mientras todo sucedía en Gondor y el piso estaba a punto de teñirse de sangre ya el sol caía y Legolas estaba todavía en camino, ya mas cerca pero sin todavía poder llegar a la batalla.

Finalmente gracias a la ayuda de las águilas de Radagast todos pudieron llegar a la entrada de las cavernas centelleantes, al momento de que se bajaban de las águilas a lo lejos se veían a los Nazgul alcanzandolos en sus bestias.

--No pudieron, hemos llegado, entremos.-- Dijo Gandalf mientras cruzaban la entrada a la caverna, toda de piedra gris, una montaña gris que una vez por dentro no necesitaban luz para poder ver, habían antorchas por todos lados y diamantes en las paredes que hacían brillar el lugar.

Afuera estaban sobrevolando el área los Nazgul.

--¿Qué haremos?.-- Preguntó Khamûl con su voz silenciosa que sólo entendían los suyos.

--Ya dejenlos ir, de todos modos Gondor está perdido, vamos a Mordor a contarle a nuestro señor lo que ha sucedido.-- respondió el rey brujo de Angmar y seguido de esto se empezaron a alejar del lugar para tomar rumbo a Gondor.

--Éste lugar es hermoso.-- Dijo Endarion mientras lentamente todos caminaban por el sitio que estaba totalmente callado.

--No he venido aquí hace mucho, por lo que veo los enanos han trabajado demasiado aquí.-- Contó Gandalf.

--Esperemos no hayan cabado como lo hizo Balin en las minas de Moria.-- Contó Radagast.

--Tienes razón, eso quizás sería nuestra perdición.-- Respondió Gandalf.

De la nada empezaron a aparecer enanos por todos lados, con sus achas y sus anchas espadas gritando e insultando al concilio, amenazandolos de muerte, todos con armaduras de guerra y rodearon al concilio sin dejarles escape alguno.

--¡Llevanos con tu rey!.-- Exigió Gandalf al enano que estaba al frente de todos.

--JAJA.-- Rió con sarcasmo el enano.-- Nadie que no sea enano puede entrar a las cavernas centelleantes.

--¡Llevanos con tu rey!.- Gritó molesto Aralorn.

--¡Oh! Que tenemos aquí.-- Exclamó el enano que los comandaba a los demás.-- ¡Un joven hombre, dos ancianos y un elfito!-- Son intrusos, amordacenlos a todos y llevenlos con nuestro rey, que el decida como matarlos.

Los enanos se empezaron a acercar a todos los del concilio, Aralorn sacó su espada y Endarion su espada elfica.

--¡NO!.-- les gritó Gandalf a los dos.-- Dejen sus armas, no pelearemos.

A lo que seguido ambos soltaron sus armas, y todos fueron amordazados, les quitaron espadas, cayados, arcos y así los llevaron a empujones hacia mas adentro de la caverna, a recibir un posible destino no muy lleno de luz ante el rey de las cavernas centelleantes...

El Señor De Los Anillos IV: El Anillo Blanco (PAUSADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora