Parecía ser el final.
Sentada en las piedras, mi vista se mantiene fija en el mar. El viento sopla y lo siento en mi rostro, siento como despeina mi cabello y siento como un escalofrío recorre mi cuerpo. Una lágrima se desliza por mi mejilla y me la seco rápidamente con la mano.Todos los recuerdos de hace un momento vuelven a mi mente, pero intento apartarlos. El remordimiento me carcome, nunca tendría que haberlo dicho, todo fue un error. De veras me arrepiento, algunos dirían que tiene arreglo, pero se equivocan.
Desearía volver atrás.
Me incorporo, una idea se me viene a la cabeza... tal vez dejar mi cuerpo caer y ahogarme sea lo mejor. Cuando intento dar un paso al frente, retrocedo. No avanzo, vuelvo en reversa y todos a mi alrededor también. Camino de espaldas, imitando los pasos anteriores. Vuelvo a pasar por el puente y de vuelta a la calle. No puedo controlarme, al igual que antes, mi cabeza está gacha y se me hace imposible moverla. Dirijo mi vista y veo como todos, personas, animales, autos, bicicletas y demás retroceden, ya no avanzan. Pero a diferencia mía, no parecen darse cuenta de lo que está sucediendo.
Estoy atascada en reversa.
Sigo caminando de donde vengo, ya sé a donde me llevan mis pies. Entro a esa cafetería a la que solía ir con mi padre, tengo buenos recuerdos allí y realmente adoro ese lugar. Entro por la puerta y me vuelvo a sentar en ese asiento junto a la ventana. Mi taza vuelve a llenarse de café amargo. Cuando levanto la vista me encuentro con tus ojos azules que me miran fijamente. Finalmente he descubierto que tus ojos son como el océano Atlántico: fríos, misteriosos y profundos.
El mundo parece detenerse.
Tus ojos están clavados en mí, buscando una respuesta. Me acomodo un mechón de mi cabello detrás de la oreja y sonrío, esta vez sé lo que tengo que hacer. En vez de repetir las mismas palabras que había dicho antes me limito a decir "Te amo".
Y todo vuelve a la normalidad.
