Lysaro y Nytel

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CAPITULO I

Lysaro está indeciso, no sabe si asistir al evento de adopción o no. No está seguro si quiere salir a la calle y exponerse públicamente, pero es casi inevitable ir, pues Nytel irá de todas formas, pues él ha estado esperando esto desde hace unos días.

La jornada de adopción canina ha estado rondando en folletos alrededor de toda la ciudad, es casi imposible no haberse enterado de dicho evento, pero incluso así, mucha gente no asistirá. La esperanza que estos pobres perritos tenían de ser adoptados era casi nula, era algo triste si se examinaba a fondo. Había unos pocos en la ciudad que tenían espacio en su corazón y en su casa para adoptar a uno de estos ejemplares. Una de estas personas era Nytel.

Lysaro es un hombre de interior, reservado, no disfruta del aire libre, y no sabe si disfrutará de la compañía de un animal ¿qué tal mordisquee sus libros o tumbe su caballete con todo y lienzos? eso sería suficiente argumento como para que Lysaro patee ese perro a la calle, por otro lado, es un protector de los animales, ama estudiarlos, y patear un perro a la calle no es algo que haría en sano juicio.

Tal vez se la lleve bien con el perro, tal vez no, pero está dispuesto a entrenarlo bien para que no represente ningún inconveniente en la casa, de igual manera hará que Nytel le ayude con el proceso de adiestramiento, así la convivencia puede llegar a ser un poco más...sana.

-vamos- dice Nytel entusiasmado- es medio día y la ciudad está soleada-.

-ya qué- exhala Lysaro complaciente pero disgustado.

Se levanta Nytel, se pone su gorra de beisbol y sale al ardiente ambiente exterior, se asegura de traer lentes de sol y bloqueador y de dejar bien asegurada la puerta.

Ambos emprenden el relativamente corto camino hasta el parque, que es donde la jornada de adopción se lleva a cabo en su sector. Nytel soporta muy bien el calor, aunque su tez caucásica y su cabello rubio expresen que en cualquier momento una llamarada solar ha de rostizarlo.

Nytel y Lysaro son viejos amigos, inseparables. Aunque sean de gustos diferentes, siempre se verán ligados uno al otro de una que otra forma, siempre se verán juntos en cualquier clase de lío.

-hace calor- dice Lysaro- nos vamos a tostar, y mañana seguro dolerá-

-para eso traje el bloqueador- refutó Nytel burlón- no seas llorón-

-deberíamos volver- propuso Lysaro.

-no, no deberíamos-

Nytel camina con vigor por la acera, como si se tratara de una entrada triunfal a un salón lleno de gente, todo lo opuesto a Lysaro, que se hubiera ido escondido entre las sombras, oculto, sin llamar la atención.

La jornada de adopción canina no es más de lo que esperaba Nytel, ni menos de lo que esperaba Lysaro, un par de tiendas de campaña, en medio del parque con dos docenas de cachorritos jugueteando de un lado al otro en una especie de corral cerrado, con comida, agua y cobijas.

Nytel está fascinado por los ejemplares caninos que hay revoloteando en ese corral, no sabe cuál de ellos es más feliz, más cariñoso, más agraciado o más astuto.

-lindos ¿no?- dice una joven chica junto a ellos.

-así es- responde Nytel, a penas coherente- ¿ayudas aquí?-pregunta.

-ciertamente- responde la joven chica, jugando con su ondulado cabello negro- mucho gusto, mi nombre es Liden-

-lindo nombre- responde Nytel- el mío es Nytel-

Sobre la mente y  otros verdugosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora