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Los rayos del sol inundan mi habitación, es una luz tenue.

Últimamente no sé qué pasa por mi mente. Han pasado cosas tan extrañas que no sé cómo explicarlas.

Las imágenes pasan tan rápido por mis ojos, que no veo todo con claridad.

Hasta que cerré mis ojos.

Quiero calmarme simplemente. Ya todo para mí se ha vuelto extraño, sin explicaciones, sin sentido...nada.

Abrí mis ojos exaltada, por el ruido estremecedor por la puerta principal, el ruido es cada vez más intenso.

Me destapé rápidamente, toque el helado piso creando un ligero respingo de parte mía.

Camine lentamente, pero aún seguían los estruendosos golpes desde aquella puerta.

Al bajar me encontré con un desastre, claro, viviendo solo con tus dos hermanos era un peligro.

Al llegar a la puerta los golpes pararon.

Me acomode mi camisa y reubique mis mechones rebeldes, colocándolos de detrás de mis orejas.

Al girar la perilla de la puerta, sentí un calor. No cualquier calor, si no, esa calor que te inunda por completo. Una calor que, se asemeja a la calor del verano.

Al abrir la puerta..., no me encontré con nada. Absolutamente nada.

Mire hacia los lados y nada.

Pensé ¿Esto debe ser una broma? Me reí a mis adentros.

Cerré nuevamente la puerta.

Al caminar hacia la cocina se escucharon de nuevos esos golpes.

−Oh ¡por favor!−Dije rascándome la cabeza. Camine nuevamente pero esta vez mas rápido.

Abrí rápidamente y me encontré con una chica. Tez blanca muy blanca, ojos claros y una cara muy fina.

−Hola−Le dije, tratando de ser amigable. Puede que sea una amiga de mis hermanos pensé.

No hubo respuesta, ella solo miraba sus pies.

− ¿Pasa algo?, ¿Necesitas ayuda?−Y ella seguía sin responder.

Hasta que me harté, ella aún seguía inmóvil. Moví lentamente mi brazo para poder captar su atención, pero nada.

Acerque mi brazo y estire mi dedo índice, despacio le toque el hombro.

Ella quedo mirándome.

− ¿Eres Natalie?−Asentí, su voz es muy extraña. Un toque de acento inglés y español a la vez.−Necesito conversar con usted, es algo importante.

Hice un gesto de disgusto−Está bien. Pasa−Me aparte de la puerta y espere que caminara lo cual lo hizo rápidamente. Cerré la puerta fuertemente para que captara mi atención.

−Disculpa por el desorden−Dije un poco disgustada por eso.

El desorden es increíble, vasos en el comedor, bolsas de patatas fritas por el piso, ropa tirada (de seguro sucia) y, por supuesto no tendría que faltar uñas de pies de Patrick.

Ella solo sonrió y miro sus pies.

Tímida pensé a mis adentros. Para decirlo así, es una chica muy bonita labios intensamente rojos y ojos muy luminosos captarían la atención de cualquier chico según yo.

−No soy tímida. Vengo a hablar contigo, sé que no me conoces pero créeme que ya sabes quién soy, no hace falta que te cuente mi vida si ya la sabes−Dijo mirándome seriamente.

Tu vida en mis ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora