Capítulo 29

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Han pasado dos meses, dos meses desde que sentenciaron a Natalie a 70 años de prisión, y dos meses desde que vi a Louis. Quisiera decir que me siento mejor, pero no es verdad. No es verdad porque por más que lo intento no puedo salir adelante, porque extraño a Roy, porque extraño a Louis. Mi carga emocional es demasiado para mí, me siento perdida a pesar de que todas las personas cercanas a mí hayan intentado ayudarme.

El mes pasado recibí una carta de Louis, una carta que aún no me atrevo a abrir. Me levanto de la cama, camino hasta mi escritorio y tomo el sobre blanco antes de mirarlo, tiene una estampilla que indica que viene de Londres. Louis está en Londres.

Respiro profundo, porque creo que es tiempo de que la lea. Abro el sobre y saco la hoja blanca, las manos por alguna razón me tiemblan, pero sigo adelante en mi decisión antes de desdoblarla y leerla.

"Estas vacaciones son inútiles, y estas pastillas blancas no son buenas. He pensado mucho en estas 13 horas de viaje, extraño el concreto donde nos sentábamos pasadas las 8 o las 9, y lentamente terminábamos riendo bajo la luz de las lámparas.

He pensado mucho en las noches que solíamos tener, los días van y vienen mientras nuestras vidas pasan demasiado rápido, vagamente recuerdo cuando respiraba en el suelo de tu habitación, donde me encontraba cuando juraste que tú me querías más.

Las notas que me escribiste, las guardé todas. He pensado mucho en cómo escribirte de vuelta este otoño, porque en cada una de las cartas, en cada palabra va a haber un mensaje secreto acerca de un chico que ama a una chica.

¿Te importaría si no sé qué decir?, ¿Dormirás esta noche, o pensarás en mí? ¿Podré salir de esta pretendiendo que todo está bien sabiendo que hay alguien allá afuera que se siente igual que yo? Porque lo hay.

Si no respondes a esta carta pronto, comprenderé, y no insistiré nunca más. Espero que esto sirva de prueba de que no hay un día en el que no piense en ti, te amo, Norah.

Louis x "

Al terminar de leer la carta, mi rostro está más que empapado. Louis jamás había dicho que me amaba, y me duele que sea de esta manera la primera vez. Él siempre ha respetado mis decisiones por más estúpidas e incoherentes que estas sean, aunque a él lo lastimen aún más que a mí. Lo alejé, y él lo aceptó, se fue porque me amaba y porque yo se lo pedí, y probablemente lo pierda por eso mismo, porque el dolor de la pérdida de Roy y la rabia pudieron más que el sentido común para mí. Suspiro, me levanto de la silla del escritorio y me siento contra la pared abrazando mis piernas, llorando tal y como he llorado los últimos meses.

No sé qué hacer, porque no sé cuál es la decisión correcta. Mi frustración me ahoga y golpeo con mi espalda la pared antes de hundir mi cara sobre mis brazos, pero luego, siento como algo cae al suelo. Levanto la mirada, consiguiéndome con una de las últimas fotografías que le tomé a Roy, las cuales imprimí luego del juicio y las pegué en la pared. La tomo entre mis manos y la observo por un instante, con las lágrimas aún corriendo por mi rostro, y entonces sonrío.

Roy me dijo que siempre eligiera lo que me hiciera feliz, esas fueron sus últimas palabras. A él no le agradaba Louis, pero sabía lo feliz que él me hacía, y eso era suficiente para él. Si estuviera vivo me habría dicho lo estúpida que he sido, porque después de saberlo aún tardé más en hacer algo al respecto, Roy y Louis siempre fueron parecidos y yo no lo supe ver, y esa era la más importante de las razones, ninguno de los dos tuvo miedo, ninguno de los dos dejó de protegerme incluso cuando pusieron en riesgo sus vidas, pero yo sabiéndolo no sólo perdí a uno, sino que obligué al otro a irse, y Louis me hace feliz. Luego de pensarlo mucho, me di cuenta de que Stella tenía razón, fui una estúpida al culpar a Louis de lo que pasó, más aún porque Roy siempre me dijo que Natalie estaba loca. Sonrío levemente de nuevo y beso la fotografía.

"¿Fuiste tú, ¿no es así? Eres un idiota, Roy"

Me limpio el rostro con las mangas de mi sudadera, me levanto y me siento de nuevo en el escritorio, colocando la foto de Roy encima. Tomo una hoja en blanco y un lápiz, porque sé que su celular no servirá allá.

Le responderé la carta, rogando que aún no sea demasiado tarde.

"Eres la luz, eres la noche, eres el color de mi sangre.

Eres la cura, eres el dolor, eres la única cosa que quiero tocar, y nunca pensé que esto podía significar tanto. Eres el miedo, y no me importa porque nunca me había sentido tan elevada, sígueme hasta la oscuridad, déjame llevarte más allá de nuestros satélites, así podrás ver el mundo que has traído a la vida.

Decolorándome, desvaneciéndome en el borde del paraíso, cada centímetro de tu piel es un santo grial que tengo que encontrar. Sólo tú puedes encender mi corazón como el fuego. Dejaré que tú marques el paso, porque no estoy pensando correctamente. Mi cabeza está dando vueltas y ya no puedo ver con claridad.

¿Qué estás esperando? ámame como tú lo haces, tócame como tú lo haces.

¿Qué estás esperando?

Norah."

Coloco nuevamente el lápiz sobre la mesa, doblo la hoja en blanco y la coloco dentro de un sobre nuevo antes de sellarlo y colocar su nombre. Me coloco un abrigo y unos zapatos y tomo un taxi antes de llevarla a la oficina de correo. Al llegar, compro una estampilla y se la coloco, el nudo en mi estómago me hace recordar el miedo a que sea demasiado tarde, o que nunca responda, sin embargo ignoro mis pensamientos e intento mantenerme positiva antes de entregársela al encargado.

Roy nunca se equivocó.

Louis me hizo muy feliz, por lo tanto esa es la única cosa que yo debí hacer hace tiempo.

Soy estúpida, pero él ya lo sabe. El tiempo pasó y yo lo alejé de mi, pero cuando todo se siente como en las películas, sangras para saber que estás vivo.

Y yo sigo viva, después de tanto sangrar.






Rendezvous.  |L.T|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora