Capítulo 4

43 2 0
                                        

El lunes, en el instituto soy la primera en llegar, así que decido dar una vuelta antes de entrar, camino solo unos pasos cuando oigo que alguien grita mi nombre. Volteo y veo a Margaret con un chico, me hace señas y grita que espere, así que me detengo.
Margaret se acerca estando aún con aquel chico, cuando lo veo de cerca, no puedo negarme que es muy guapo. Es alto, su cabello es castaño claro y lo lleva muy bien peinado, sus ojos son grises y tiene una mirada penetrante que enloquece, lleva una camiseta azul que le sienta espectacular, su físico demuestra que es un chico muy bien cuidado.

-!hola Eli! - me saluda muy emocionada, mientras me mira de arriba abajo y no puedo evitar sonrojarme.
-hola Margaret - le devuelvo el saludo.
-no supe a que horas se fueron ¿que tal les pareció la fiesta? - pregunta y noto como su amigo me mira.
-estuvo bien - respondo en un tono seco. Quiero reírme cuando me doy cuenta que el chico le está dando codazos, pero prefiero disimular mirando a otro lado.
-¡pero que maleducada soy! - dice. Haciendo parecer que está sorprendida - Eli te presento, él es Alex.
Nos presentamos, nos intercambiamos una que otra sonrisa y tengo que apartar la mirada. Nunca había visto una sonrisa tan perfecta.
-bueno, Eli... Lo que te quería decir era que... Sam me dijo que hoy venía y que necesitaba hablar contigo... Eli, ya se están escuchando unos rumores por ahí, Sam es un tipo poco caballeroso, y... Pues... Bueno tu ya sabes a lo que me refiero.
Pongo unos ojos como plato y mis lágrimas amenazan con salir. Alex va frunciendo el ceño poco a poco, su mirada se apaga y siento tantas ganas de salir corriendo. Me siento humillada.
-yo... Voy siguiendo... Creo que van a cerrar y no quiero llegar tarde - mis palabras salen rápido y entrecortadas.
- ve siguiendo, Margaret - dice Alex, dejándonos sorprendidas a ambas. Ella obedece y nos deja, sin decir nada.
- te ves diferente, tu mirada me dice que no eres igual a cualquier otra chica, no te equivoques, Sam te hará daño. - dice, apartando la mirada de mi.
-¿que eres amigo de él? ¿te mando, para que también me abriera de piernas a ti? ¡no!... No me conoces, no soy lo que imaginas, así, que, no te equivoques tú conmigo - mis gritos lo dejan inmóvil y tras un pequeño silencio responde.
-no, no soy amigo de él, pero se más de lo que nadie se imagina, ¿abrirte de piernas?... ¿con él? ¡ay! - habla con tanta paciencia, su mirada ahora es de ¿decepción? Si lo conociera, diría que si, pero es tan confuso, que ni siquiera su mirada puedo comprender. - no sabes en lo que te estás metiendo, no es un mundo para ti, es demasiado.
-¡No te metas! - le grito nuevamente y ahora un poco más fuerte - yo veré lo que hago con mi vida - me doy la vuelta y corro lo más rápido, corro para alcanzar a entrar y corro para huir de la verdad.

Me encierro en el baño y una lágrima resbala por mi mejilla, la seco de inmediato, respiro y logro no llorar más, me guardo el dolor que siento, nunca me había sentido tan humillada, además, ¿qué se cree ese Alex, para decirme que hacer con mi vida? ¿o, acaso, le di lástima? Sentía mucho dolor, pero tenía que demostrar que era fuerte y eso iba hacer, una chica, con un corazón de piedra, fría y sin sentimientos. Minutos después, salgo y me dirijo al salón, pero ya se encuentra cerrado.
Primero golpeo y abro lentamente la puerta para no molestar a nadie, pero es imposible, todos me están mirando.

-buenas noches, Elizabeth, veo que se le pegaron las cobijas - dice en un tono burlón, el profesor Robert - pase y siéntese.
Sin decir ninguna palabra, me siento en mi puesto, mis amigas me preguntan, si paso algo, pero el profesor nos regaña, así que no hablamos durante la clase.
- a partir de la otra semana empezaré a dejar trabajos, Chao chicos - se despide el profesor y se va, pero antes de eso veo como se intercambia miradas con Katy.
-¡por fin descanso! Como les fue el sábado, quiero que me cuenten todo - dice Danna entre risas.
-la peor noche de mi vida - respondo sin nada de emoción en mi voz. De inmediato siento la mirada de todas.
-¿por qué? - dice Lauren - creí que la estabas pasando bien - contraataca Michelle.
- no me juzguen por lo que les voy a contar - respondo. Jessy me abraza dándome fuerzas - quiero que se enteren por mi...
- no te vamos a juzgar amiga, sabes que cuentas con nosotras - dice Katy y me regala una mirada tan dulce que me da confianza.

Les cuento todo sin omitir ningún detalle de lo que pasó con Sam, mi llegada tarde de hoy y las palabras de Alex y de Margaret. Tras unos minutos que parecen horas de silencio, por fin habla Danna.
- ¡es un descarado! Si de verdad viene, hablar contigo.
-yo lo que no entiendo, es, por qué trataste tan mal a Alex, él fue amable contigo - dice Lauren y todas asienten.
-¿si viene Sam que le dirás? - pregunta Katy.
-no... Se... No se que hacer - respondo con la voz un poco quebrada.
-¡le das su cachetada! - dice Jessy. Todas ríen por el comentario, excepto yo, que estoy empezando a ponerme nerviosa. - es enserio Elizabeth, o lo haces tú o lo hago yo - esta vez lo dice en un tono serio.
- estoy de acuerdo - responde Michelle - se llevará seis cachetadas - todas reímos y nos dirigimos a la última clase.

Siento que el tiempo esta volando, me pongo nerviosa cada vez que falta menos para que suene el timbre, nunca había deseado tanto que una clase no acabará, pero tenía miedo de salir y ver a Sam, no sabía que me quería decir, pero estaba segura que no era nada bueno.
Rriirrrrnnn. Suena el timbre y siento que mi corazón se va a salir, mis amigas se acercan y me dicen que me relaje que todo va a estar bien; me gustaría pensar lo mismo, así, que, trato de dejar los nervios a un lado, pero es imposible.

Cuando estoy en la puerta veo a un lado a Sam y a su amigo Ricky y en una moto esta recostado Alex. Mis piernas tiemblan y siento que voy a caer. ¡fuerte, fría y sin sentimientos! Me recuerda mi subconsciente.

- ¡ey! Eli, ven aquí - dice Sam en un tono "tienes que hacer lo que yo diga".
Suelto una pequeña carcajada y le respondo en el tono más seco que puedo.
- ¿qué te crees? ¿que voy a obedecerte?
-eso no dijiste el sábado,por el contrario, recuerdo muy bien que no parabas de gemir mi nombre - dice y acto seguido empieza a reír con su amigo. Me alegro cuando me doy cuenta que el único público que hay, son mis amigas, Margaret, Alex y ese Ricky. Siento asco ¿cómo pude acostarme con un imbécil como Sam?
- das asco - respondo y me acerco a grandes pasos hasta tenerlo de frente - das asco, idiota.
- eso no lo creo, tus ojos me suplicaban que te follara - responde y da otro paso hacía mí. - yo solo te hice un favor, creo que estabas necesitada.
Sin pensarlo ya le estoy dando una cachetada.
- eres un hijo de perra - le grito, dándole otro bofetón.
- tu eres la perra, que lo da al primero que conoce - sus palabras son duras y grita para decirlas - que te quede claro, acá la perra eres tu. - mis uñas están en sus brazos y me encuentro dándole patadas, siento tanto odio que quiero destrozarlo. Le pego lo más fuerte, hasta que siento que alguien me coge por detrás y me alza.

-sueltame ¿a donde me llevas? - trato de bajarme, pero me tiene con fuerza.
Me sienta en una moto y me agarra la cara entre sus manos.
- no entiendes que no debes meterte con él, ¿por qué, no seguías tu camino y simplemente lo ignorabas ? - dice. Su tono es calmado y ¿desesperado?
Mis lágrimas salen una tras otra, trato de ser fuerte, guardarme el dolor que siento y demostrar que estoy bien, pero no puedo, la verdad es que soy tan débil, que no aguanto y lloro desconsoladamente.

Corazones Rotos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora