La cenicienta al revés

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Joleen solía ser una pésima madre, pero cada noche me contaba la misma historia, la historia de la cenicienta; me fingía dormida exactamente cuando mi madre biológica empezaba a inventar el final de la historia.

"como el príncipe le amaba mucho le compró una casa normal, una mansión...de igual manera eran ricos solo que un poco más normales... en la entrada estarban  sus iniciales y cada una de las salas tenía un hermoso color con una hermosa decoración...

Mi hermano se molestaba con mi madre desde entonces, me odiaba desde ese momento, recuerdo haber creído que le molestaba la historia porque nos representaba a la perfección, yo era la cenicienta y él, el hermanastro malvado.

A lo largo de mi vida me convencí de que mi madre me contaba la historia porque al final sí tenía mucho en común con la historia real; mi felicidad tenía una hora límite, mis amistades estaban condicionadas, mi familia era disfuncional y en lugar de carecer del amor de madre carecía del amor de mis padres biológicos, y como mi madre bilógica hacía el final era completamente distinto a lo que su escritor quería.

Les contaré mi historia:

Jane la cenicienta.

La cenicienta nació en medio de dos matrimonios, su madre tenía ya un hijo de su primer matrimonio y con su segundo esposo el cual en ese momento era su amante tuvo a Jane, la segunda hija de sus dos padres siempre en un mal momento, la hija de en medio.

Cuando logré crecer en medio de alcohol, fiestas y una madrastra bastante buena y exigente, fue requerida para ir una fiesta,su madrastra envió peinadores y maquillistas a casa de la joven cenicienta además de una linda calabaza que me llevó a una fiesta de beneficencia y ahí, a punto de escapar de la sociedad alta de Mainvillage choqué con mi príncipe azul y no pude evitar desear besarle, tocarle y amarle por el resto de mis días.

Pero él no estaba sin compromisos y en su lugar tenía bastantes, seis hijos, a pesar de ello decidí quedarme; quizá para llevarle la contraria a mis padres o para demostrar que podía mantenerme en un mismo lugar con una persona, pero sin importar la razón me quedé e intenté amar al máximo y recibir un poco de amor, pero, en su lugar me enredé en una cadena de infidelidades, mentiras, agresión y más dolor....

Abrí mis ojos y volteé a ver a mi padre sentado al lado de la cama, me acomodé y él acercó un vaso con agua a mis labios, bebí un corto sorbo y no pude evitar soltar todo aquel nudo que sentía en la garganta, lloré entre los brazos de la primera persona que me rechazó, lloré hasta que no quedaron lágrimas, pero no estaba dispuesta a seguir mintiendo, aún había dolor.

—Jane —Miré hacia la puerta y me encontré con Derek, estaba vestido con su uniforme y traía el cabello algo despeinado, probablemente había tirado de él varias veces, sus mejillas estaban más pálidas y su rostro estaba cargado de pelos con una barba bastante descuidada. —Jane, me haré cargo de las tres, lo juro, lo dejaré todo, seré un buen padre es nuestra oportunidad; siempre volvemos al inicio, tenemos que estar juntos nos lo debemos.

—¡Sal de aquí! —gritó mi padre y entonces fue cuando me di cuenta de que no era mejor madre que en mi cuento, cuántas vidas habíamos destruido Derek y yo.

—No podemos estar juntos Derek, porque no se trata de mí. Se trata de mis cuatro hijos, los seis hijos que tengo con mi esposo y las dos que están en camino. ¿Crees que les daría a los Luthor un padre y una madre drogadictos, suicidas e irresponsables? Con un padre frívolo y una madrastra irresponsable ya tienen. Derek, te rogué, te pedí que te quedaras conmigo, te pedí que lucharas conmigo, te amé, pero ya no más. No haremos esto, es la última vez que me ruegas y tenemos esta conversación. Vete por favor.

Las pelotas de mi esposaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora