migajas

Día tres

Me adentro con mi camioneta hacia el centro de la ciudad.
La lluvia moja las calles dejando un olor exquisito a humedad, veo como la gente camina abrigada con chaquetas, guantes ,gorros aferradas a un escualido paraguas, por la cuidad desesperada por llegar a sus hogares y encontrar tranquilidad y calor.
Mientras que  yo recorro las frias calles desesperado buscando a mi hogar que me robaron.
Mi teléfono me hace despertar de mis pensamientos negativos.
Llamada entrante de Antonio.

Suspiro tratando de calmarme ya que sé que Antonio está enojado.

Aló? --dice Antonio --¿Dan dime dónde estás?

--Estoy mmm en mi camioneta ¿por que?--

--vamos dan ¿detrás de que pistas estás?--

--y si decido no contarte?--

--Sólo quiero ayudar --

-- enserio!-- digo ironicamente--Pues no lo parece--

--Diablos dan dime donde estas no me obligues a rastrearte--

-- okey,okey  calma hombre solo voy de camino a  un bar, quiero beber ¿algún problema?-- miento

--Aaa -- siento que suspira algo asi como ¿aliviado?-- dan realmente lamento la pérdida de Mel pero no ahogues tus pena en alcohol--

Me sobresalto a escuchar esa palabra-- disculpa? como que perdida?

--A caso sigues buscando?--

--Pero que pasa contigo como no voy a buscarla eres idiota o no es mi esposa devo encontrarla --digo desesperado gritandole

--Diablos dan te lo ganaste te rastreare--

Fin de la llamada

Y este que le ocurre!--grito desesperado.

Tiro el teléfono dentro de la camioneta y conduzco unas cuadras más lejos del bar para evitar que me encuentre tan rápido, pero Antonio es el rey de llamadas rastreo jamás pensé que su don lo usaría contra mi.

Camino rápidamente y me adentro al bar.
Entremedio de sus acostumbradas sombras una puerta con letras brillantes me invita a entrar.
La musica estridente se estrella contra mis timpanos pero sin el menor amago de volverme camino hacia la barra.
Aprovecho de la circuntancias para pedir algo extra  fuerte para calmar mi mente.
"Un hombre extraño" recuerdo que  me dijo margareth y yo no puedo menos que reir para mis adentros ya que... ¿que mejor lugar que un bar para encontrar alguien "extraño"?
Pongo mi espala contra la barra para observar mas detenidamente pese a la escasa luz.

Primera mesa... un tipo de unos 50 bebiendo sin parar.
Con una camisa que en algun tiempo pudo estar planchada y limpia  decora su regordete cuerpo, pelo graciento y despeinado, una barba de cinco dias y unos pantalones miel que dejan ver numerosas  y dudosas machas terminan de adornar la imagen viva de alguien perdido en el alcohol y en sus recuerdos.

Segunda mesa tres jovenes que quieren aparentar 18 años se rien estruendosamente mientras beben cervezas y hablan sin parar.

Asi  voy analizando mesa por mesa rincon por rincon sin encontrar nada "extraño".

Cuando estoy a punto de irme despues de varios tragos y  no sin antes maldecir a margareth la anciana loca, un tipo de unos 30 atraviesa el bar con aire decidido,  mirada desconfiada y alerta.
Sin dudarlo  decido que ese es mi hombre y me encamino a seguirlo.

En ese preciso instante me doy cuenta que tal vez me excedi un poco con el trago.
Trastabillo un poco antes de encaminarme algo mas derecho al hombre extraño.
Serpenteo algunas mesas para acortar distancia pero el hombre me mira y empieza a correr.
Siento como la adrenalina corre por mis venas y en un segundo desenfundo mis pistola para evitar que se me escape pero no solo el se da cuenta sino que todo el bar se alarma y en un segundo pierdo al tipo entremedio de un mar de personas y sillas, mesas etc.
Tras el estruendo de toda la gente corriendo miro a alrededor para encontrar algo o alguien, pero solo veo a dos personas.

Al hombre perdido. Tan perdido en sus recuerdos como para que le afecte  algo externo.
Y a Antonio.
En la puerta del bar con su mirada clavada en mi acompañado de un gesto reprobatorio.
Mientras veo que se acerca siento que mi vision se va oscureciendo devido al alcohol y mi estomago vacio.
Pienso que tal vez me excedi.
Lo ultimo que veo es a mel.
Es mis recuerdos siempre me sonrie.