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Al inicio tenía mucho medio de ir a saludarla; pero las ganas de escuchar su melodiosa risa me lleno de valentía y me le acerqué y dije:

¡Buenas tardes! Señorita.

¡Buenas tardes caballero! ¿Cómo le va? Me dijo en tono jocoso.

Muy bien ¿a usted?

Bien jajá. ¿por qué me miras así?

¿Cómo? Le dije.

Como si quisieras comerme jajá.

No, nada que ver, dije. (Cuando en realidad moría por comerla a besos.)

No mientas; ya llevas varios días viéndome así. Lo he notado jovencito.

Jajá perdón, es que es imposible no hacerlo.

Jajá ¡ok! Bueno, hasta la próxima chico; cuídate.

Bueno, adiós. Igualmente, dije muy sonriente.

Y dio la vuelta, tomó el bus y se fue....

Me quedé atontado con lo que pasó, para mí fue raro, loco, enigmático pero a la vez bonito. En realidad la quería; así de simple. Pero no fue solo eso...

También me di cuenta que ella si me había visto y que no pasé de desapercibido ante los ojos de Katherin en esos días.

Tomé el autobús y en él me topé con Michelle, mi mejor amiga, como siempre estaba despeinada y en tono de burla le dije:

Ni para el colegio te peinas jajá.

Déjame, yo he de saber. Me dijo.

¿Y voz? ¿Cómo así tan feliz?

Me gusta una chica, le dije.

Cuenta pues, tontito.

Le dije que se llamaba Katherin, que es muy hermosa y que ya pude conocerla...

¿Recién la conociste? ¿Ya te gusta? ¿Y eso cómo es?

Ya sabes lo loco que soy jajá y si me gusta.

¡Ahhh! Ojalá no andes de mujeriego como de costumbre, dijo.

No, no lo haré.

Más te vale Ariel, más te vale. Lo dijo en tono desafiante.

Bueno pinguina, le dije. Mientras me reía de sus caras...

¡Ya me quedo! ¡Adiós! Cuídate, te quiero.

Chao, hasta mañana jaja.

Se fue, y yo me quedé solo nuevamente; bueno, no tan solo porque la esencia de Katherin se había quedada impregnada en mi alma...

Después de varios minutos llegué a casa, comí y fui a mi recámara; me encerré y apague la luz. Todo era silencio, cerré los ojos y de pronto. Sonreía.

¿Esto es el amor? ¿Si no? Entonces; ¿Qué?

Me levante rápidamente de mi cama, corrí al sótano y empecé a buscar entre los libros y revistas viejas...encontré de todo, menos lo que buscaba. Había libros de sexualidad, de historia, de matemática, de álgebra; pero no, no hubo de amor.

Entonces ahí es cuando me di cuenta que el amor no es explicable, que es un misterio, una duda, algo que se debe hacer por cuenta propia. Salí del lugar, saqué un cuaderno y escribí.

"Si esto es el amor, por favor. Déjenme probar dulzura y no amargura, déjenme reír, que de conquistarla; me encargo yo."

Y así será- me susurré.

La noche ya había caído, me puse hacer rápidamente mi tarea y como me moría de sueño, tomé un vaso de yogur y fui a dormir.

Ya en mi cama nuevamente apareció ella, y yo lo único que hice fue sonreír y llorar como un tonto hasta quedarme dormido....

"Si eso es el amor, lo que te mantiene despierto, a veces vivo. Pero no olvides que también el que hace feliz."


El Olvido. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora