Te amo.
Nos quedamos ahí, congelados por un extenso tiempo; mirando al techo. Era tanto el silencio que se escuchaba todavía como nuestros corazones iban a mil por segundo gritando nuestros nombres.
Ella vio su reloj y me dijo que se tenía que ir; le dije que bueno.
Nos vestimos rápidamente y salimos de mi casa tomados de la mano; y le pregunté:
— ¿Qué te dirán tus padres?
— Nada, solo me castigarán mi amor.
"¿Mi amor?, a mí nunca me habían llamado así, pero se sintió hermoso escuchar de sus labios eso, bien dijo mi madre a las cosas se las llama por su nombre y eso es ahora ella para mí; mi amor."
Entonces le contesté.
— ¿Qué no te dieron permiso mi cielo?
— No mi vida, pero he aprendido que es mejor pedir perdón, que pedir permiso.
— ¡Ah! Bueno mi niña, como usted diga. ¿Cuándo nos volveremos a ver?
— Nunca, mañana me iré a vivir a Estados Unidos.
— ¿Qué? ¿Por qué no me lo dijiste?
— Porque no quería arruinar el momento.
— Entonces ¿me usaste?
— No, yo te amo. Pero esto no va a funcionar, nunca funcionó. Es más; tómalo como una despedida, un triunfo, por fin pudimos amarnos como unos completos desquiciados y te prometo, que se va a volver a repetir. Yo regresaré en 4 años, no te olvidare; yo siempre te amaré. Ariel.
— Yo igual, gracias por todo; fue la mejor tarde y noche. Cuídate.
— Tú igual. Adiós.
— ¡Hey! ¿tienes algún número de teléfono?
— No, pero cuando regrese te buscaré hasta encontrarte.
Dio la vuelta, salió corriendo y yo solo le grite: "Te Amo y te esperaré."
Y empecé a llorar, había perdido todo; la esperanza, el amor y las ganas de vivir. Y me arrepentía de haberla tenido ahí tanto tiempo y nunca tomarla en cuenta, había desperdiciado al amor de mi vida, por andar buscando el amor de un rato.
Estaba completamente perdido.
Y me pregunté:
¿Conseguimos algo en amor?