El Día Anterior

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#Colin Fount



Un chico pasó y me tiró los lentes. No sé si fue a propósito o no, pero lo más probable es que sí. Una persona de aspecto nerd suele transmitir unas ganas tremendas de molestar.

Como sea, yo estaba sentado en una esquina del jardincillo de cemento, uno de tantos de la Universidad Wethers, intentando pensar en algo ingenioso.

Alia Nouther podía ser la chica más linda, guapa y entretenida dentro de toda la rueda de compañeros de la escuela, pero en mi caso, sólo hay una chica que se me hace —al menos en mi cabeza— más linda que cualquier otra; Ashley.

Lingstone era mi amiga desde la escuela primaria. Yo no sabía que ella existía hasta que un día ella se acercó —estaba sola y no tenía con quién jugar ni platicar—, y me empezó a preguntar cosas de mí, como mi color favorito, mi fruta favorita, que si me gustaba comer pizza... muchas cosas así.

—¿Te gustan los chocolates? —dijo ella en esa ocasión.

—Sí. Bueno algunos no, los que son muy dulces. Aunque los que tienen almendras o son amargos me encantan —dije.

«Como los snickers.»

—Yo adoro los snickers, y los chocolates semi amargos. Los dulces son ricos mientras no tengan mucha leche. Odio esos.

«¡¿Qué rayos?!» Tenía gustos similares a los míos. Pensaba decirle que a mí también me gustaban los snickers pero creía que lo vería extraño, o que quizá pensaría que yo mentía para agradarle, o algo así.

...

Cuando íbamos en sexto año, nos llevábamos muy bien.

—Dame eso Fondant —me decía ella así por mi apellido. Tomó mis lentes y se los puso. Yo estaba tan ciego que no podía atraparla, y al final, eso la hacía reír mucho.

—Dámelos y te daré una sorpresa —le dije en una ocasión como aquella. Ella me los dio y yo le lancé un puñado de hojas a la cara. Ese día llegue todo lleno de tierra a mi casa.

Ese día —el actual—, mientras yo estaba en el jardincillo, Jaqueline pasó frente a mí, con toda su bola de amigas —Aileen, Moon y Violeta—, platicando sobre chicos o algo por el estilo. Usualmente hablaban de Jack Nicks, y de Adeleine... sí, ellas sabían que a Adeleine le fascinaban los músculos de Jack. Ella sería más amiga de ellas si no fuera porque es amiga de Ashley. En ocasiones, Axel y Beth —unos buenos amigos— se juntaban con Jaqueline para hacer algunas fiestecillas. Y como Axel es amigo de Ashley —y también de Lea, Fredd y Frank (por ser primo de Beth)—, también solía invitarlos.

Regularmente yo me juntaba sólo con Ashley, hasta que decidí que no era tan bueno depender de ella, a pesar de que sintiera algo por ella.

«Algo dentro del corazón.»

Aunque en este año ya no sólo nos juntamos los dos. Se nos unieron Alia y Ray, que igual siempre se mantenían juntos. Eso me ayudó estos últimos días, pues Ashley solía ir a fiestas de Axel mientras yo me quedaba sólo. Ahora me quedo con esos dos amiguitos, dos muy buenos amigos.

En ese momento —el actual—, Alia y Ray llegaron con una hamburguesa cada quién en su mano y en la otra un licuado, ambos de fresa.

—Mírenme, soy Alia y me gusta comer licuado de fresa —decía en ocasiones como esta Ray, tomando el popote entre sus labios y haciendo como que tomaba, de una manera que si Alia lo hiciera de verdad sería bastante vergonzoso.

Justo en aquel momento, Alia se molestó, de una manera divertida, y lanzó todo su licuado a la cara de Ray. Sus jeans negros y su camisa roja terminaron por mancharse de rosa que poco a poco dio paso a un aspecto muy pegajoso y gracioso.

Ray roció su licuado en Alia, manchando su falda de cuadritos, su blusa y su chaqueta roja —sí, solían vestirse de los mismos colores—.

—Esto aún no termina Ray Lee —dijo Alia, haciéndole una advertencia con los ojos. Ray la señaló y luego paso su dedo por su cuello en señal de "te cortaré el cuello".

Y en ese momento de violencia de amigos —de la forma en que expresan lo mucho que se quieren— llegó Ashley. Platicaba con Axel, pero al terminar vino con nosotros.

Yo adoraba todo de ella, aunque evidentemente ella no lo supiera.

—Hola cabezas de melón —dijo al llegar.

—Eres una cabezota —dije. Ella tomó mis lentes.

—Sabes, hace mucho que no hago esto —se los puso.

—Yo opino que te ves bien. Mucho mejor que Alia —dijo Ray. Alia saltó y le hizo cosquillas hasta tirarlo al jardincillo.

—Un día terminarás por matar a ese tipo —dijo Ashley a la chica. No sé qué respondió Alia, porque yo me quedé viendo a Ashley. Su piel tan suave. Sus ojos cafés, tan comunes como los de cualquier persona, pero tan especiales para mí.

—¿Qué te pasa? —dijo Ashley rompiendo mi ensoñación. De momento improvisé.

—Estaba viendo mis lentes —dije como única opción buena que tenía.

—Está bien. Escuchen, Axel quería hacer una fiesta por que ya saldremos de la escuela, y me pidió invitarlos. Yo iré —dijo Ashley.

—Yo voy —dije rápidamente. Nunca supe que pasaba en sus fiestas, y me entraba verdadera curiosidad.

—Nosotros también —dijeron Alia y Ray al unísono.

—Bien pues hoy saldremos por la tarde en una camioneta y un auto deportivo, ambos de él. A las cinco nos vemos. Traigan hambre, habrá carne asada y cosas así. Incluso irá Fredd, con algo de música para todos —terminó Ashley.

«Ah sí, se me olvidó. A Ashley le gustaba mucho Fredd. Siempre me hablaba de sus conversaciones.»

—Vale, pues iré a mi casa. Los veo en un rato chicos —dije, despidiéndome y poniendo algo de música en mis oídos con los audífonos.

Ahora lo único que permanecía en mi cabeza aparte de Ashley era The White Stripes.

Al entrar a casa;

—Hola hijo, ¿cómo te fue hoy? —dijo mi madre cuando entré.

—Bien mamá. Me invitaron a un campamento por la tarde —dije.

—Siempre te dejo ir, pero no sé si es buena idea. Hace un momento vi en las noticias que un loco anda suelto por la ciudad.

—Pero no será en la ciudad.

«La verdad ni siquiera sé en donde será.»

—Bueno, veré si te dejo ir. Igual ya estás grande.

Subí a mi habitación.

—Colin, a las seis en la escuela. De ahí iremos a los bosquecillos entre las montañas al norte de la ciudad —decía un mensaje de Ray en el celular.

—¡Cállate imbécil, no eres nada! —sonó. No era la primera vez que escuchaba eso. Hace ya varios días llevaba escuchando voces lejanas exclamando eso. A todas partes me seguían.

Cuando ya eran las cinco, era hora de partir.

—Por una vez haré algo que impresione a Ashley —dije, saltando por la ventana del segundo piso. Algunas sombras devoraron cada pisada mía—. Creo que hoy mismo haré algo que nunca he intentado.

«Si le doy un beso ella creerá que yo soy más extremo.»

Ni siquiera imaginaba lo que ocurriría ese día. 


Publicado originalmente el 11 de enero de 2016.

Azul De Media Noche [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora