CINCO

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Querida Luisa:

La noche que acepté por fin que me atraías, también descubrí que te gusta tomar té de tila y escuchar las aves por las mañanas... descubrí tantas cosas de ti. Tantas cosas que si tu me dieras la oportunidad, amaría aún más de pies a cabeza, porque eres perfecta, eres perfecta para mí.

Cuando te encontré en el trabajo, me sorprendí, no creí que fueras a trabajar ahí, tan cerca de mi lado...

El lunes toqué tu mano, pude oler tu perfume tan sublime y aunque sólo fue un rose suave, mi cuerpo vibró de emoción, pero no es amor, esto es algo más, ni siquiera es una adicción, a pesar de que delirio cuando me embriago de tu aroma, sé que mi corazón pide algo más, no mi amor, sino el tuyo.

Te quiere, Carlos C.

LuisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora