Detrás de la pelota » Gassi

6.

Al entrar al vestuario, se me rompió el corazón. Fernando estaba sentado, con la cara tapada sollozando. Me acerqué, y me senté al lado.

—Fer.. Perdóname boludo, no sabia lo que hacía, era mucha la presión y todo salió de la nada

Me miró con el ceño fruncido, y se tapo la cara nuevamente con las manos.

—Me tratase como un gay chupapijas, así queres que sea nuestra relación?

—¡Fer no quise decir eso! Sabes que sos una de las mejores cosas que me pasaron en la vida, te pido mil disculpas, no quise llamarte.. Gay, chupapijas como decís vos, perdóname.

—El corazón ya me lo rompiste, me hiciste abrir los ojos un poco más. Es verdad, con las mujeres no siento nada hace bastante, soy un chupapijas, pero deja, está bien. También entiendo que solo quisiste quedar bien con los demás, porque te importa más lo que los otros piensen de vos que lo que vos mismo pienses, así que tómatela.—Se dio la vuelta para irse pero le agarre la mano, quedando cara a cara. Obviamente no me resisto, y corte el espacio entre nosotros.

—Perdón perdón perdón.—Apoye mi frente sobre la de él.

Quedamos en silencio.

—Me gusta pasar tiempo con vos, me gusta ser algo más, pero si no vas a superar a la prensa, o al menos ser menos duro, no puedo seguir.—Me dejo con la palabra en la boca y se fue.

Los próximos dos dias transcurrieron en Fernando evitándome constantemente. Solo hablamos por temas del fútbol. Cruzamos miles de miradas llenas de intriga. Al tercero, no podía más. Fui, y toque su puerta.

—Hola.—Dije cuando vi la cara de Carlitos que abría.

Él pelotudo me cerro en la cara.

—Dale boludo abrime.—Seguí tocando, hasta que se escucho un grito.

—¿Quién es?

Era pelotudo este flaco.

—Dale Carlos abrime, quiero hablar con Fer.

—¿Fer Gago?—respondió desde el otro lado

—No, Tobio(?. Dale Carlos, tiro la puerta te juro.

Abrió gritando "ni una menos"

—La puerta es femenina. Dale pasa. Te doy cinco minutos y cuarenta y cinco segundos, desde ahora.

Era increíble

—Hola..—Dije cerrando la puerta. Fernando estaba boca abajo con la cara en la almohada, tapándose todo.

No respondió.

—Te vas a ahogar ahí..—Siguió sin decir nada.—Fer.. Necesito que me perdones, sin vos soy un pelotudo. Vos me guías en la vida, por decirlo así.

Y se levanto.

—Yo también te necesito a vos, pero no puedo. Soy un dominado del orto y me lastimas Lionel.

—Que difícil que sos gata.

—¿Perdón?–Dijo ofendido.—La gata te dice que te vayas a lavar el orto y no vuelvas. Y trata de ni mirarme. La gata.—Se rió irónicamente.