Capítulo 1

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Todo empieza en un grupo de WhatsApp de 4 miembros. Sara, Elena, Carolina y Vanesa.
Vanesa era una chica Madrileña de 17 años que le encantaba relacionarse con Abrahamers de otras ciudades y asi poderlas conocer en los conciertos de su ídolo musical favorito: Abraham. Vanesa hablaba con sus grandes amigas todos los dias hasta las tantas de la madrugada, sin parar, sin parar...
Una de las noches de conversación, hubo una tremenda discusión y aquel fantástico grupo desapareció. Vanesa, derrotada, rompió a llorar estrujando una de sus almohadas con la foto de su ídolo y su padre entró en su habitación. "Vanesa, cariño. Mañana toca madrugar, pero no para que vayas a tu instituto. De allí ya te puedes ir olvidando..." comentó su padre. "¿Qué? ¿Dices que ya no volveré a ver a mis amigas y amigos incluso compañeros? Dijo ella tremendamente asustada. "Por desgracia, si. Anda, duérmete..." añadió su padre alejándose de la cama de ella y apagando las luces.
Vanesa miró al techo, después a sus manos, suspiró y cerró los ojos lentamente intentando olvidar lo que acabó de pasar. "¿Nos vamos a mudar?" Pensó ella. Dicho aquello, la mente de Vanesa se desvaneció y se durmió en un profundo sueño.
La mañana llegó a su comienzo y Vanesa vio que había gente recogiendo sus pertenencias y las metía en cajas. "OYE ¿QUÉ HACEN?" gritó. "Os mudais ¿no es eso?" Contestó un trabajador bruscamente. Vanesa sin armar ningún alboroto se levantó y fue al servicio a cambiarse de ropa para el viaje y todo lo que ella conocía de toda la vida estaba vacío, prácticamente todo. Sus recuerdos se iban haciendo pedazos, una nueva vida comenzaba, un nuevo destino... "Todo echado a perder..." reflexionó. Metió todo su pijama en una bolsa y la llevó a su maleta y cuando quiso darse cuenta, todo su piso estaba vacío sin ningún mueble ni pertenencia. "¡Vanesa no tenemos todo el día, vamos! Dijo una voz al otro lado del piso. Era su madre...
Vanesa cogió su maleta y se dirigió, junto con sus padres, al coche de la familia, donde a traves de una larga autopista que se adentraba en su nueva aventura, esperaba su gran destino. Un destino muy inesperado. Ella no pensaba en nada, no estaba preocupada por nada. "¿Ponemos a tu Abraham?" Preguntó su padre con muchisima energía. Vanesa no tenia ganas de contestar pero si tenia miles de ganas de decir que si, pero su padre no se lo pensó dos veces y eso hizo, musicote a tope. La mirada de Vanesa se dirigía a todo el paisaje lleno de coches, carretera y miles de edificios que cada vez que se iba alejando de su ciudad quedaban menos y sobre todo, al enorme camión que seguía el mismo camino que la familia con sus objetos y muebles de valor. "Puto destino..." dijo ella entre miles de pensamientos. "¿Has dicho algo, Vane?" Añadió su madre al haber escuchado sus pequeños susurros. Ella se negó a contestar.
Pasaron 2h y Vanesa se quedó dormida bastante tiempo y al despertarse, ella con un trozo de ilusión miró a la ventana para saber si el destino estaba cerca, pero se deprimió y empezó a preguntar sin parar si quedaba mucho tiempo. Sus piernas no daban para más...
"Papá. ¿A donde cojones vamos? ¿Cuál es el destino?" dijo ella un poco nerviosa.
"Queda hora y media, hija mia. ¿Destino? San Fernando, Cádiz." Los nervios de nuestra protagonista se desvanecerion y sus ojos se quedaron como platos haciendo que el sueño no se volviera a apoderar de ella. "Posibilidades de encontrar a mi idolo..." Pensó. Su imaginación se retorció e hizo que el resto de sus pensamientos no sirvieran de nada en su mente.
"¡Playa!" Gritó su madre al mismo tiempo que bajaba la ventanilla para sentir el rico aire del Atlántico. Vanesa miró todo con muchísima atención e ilusión y lo único que había en su cabeza era la cara del chico de sus sueños tan impresionante que hacía que un mogollón de ideas se pudieran hacer con facilidad. Vanesa bajó la ventanilla y miró hacia San Fernando "¡Hola, Cádiz! ¡Hola, San Fernando!" Gritó saludando y observando todo a su alrededor. "¡¡Llegamos al destino!!" Añadió su padre a los gritos de alegría. El destino estaba a dos palmos.
CÁDIZ, TIERRA ANDALUZA.
Una pequeña, pero inmensa carretera se adentraba para el destino de Vanesa, pero no para mucho tiempo. Un barrio no muy lleno, lleno de urbanizaciones y pisos extremadamente enormes iba a formar parte de la nueva vida de nuestra protagonista, una enorme urbanización en el último piso en una calle muy abierta con muy poco tráfico seria la nueva casa de Vanesa. "¿Qué te parece?" Preguntó la madre. Los pensamientos de Vane se hicieron añicos, estaba que no podia creerselo, un barrio nuevo y una vida nueva llena de miles de sorpresas y sobre todo, una casa nueva formaba parte de los sueños de ella pero, no significaba tener que salir de la capital y tener que alejarse de la gente a su alrededor... pero bueno, tenia que irse acostumbrando.
El piso ya estaba completamente amueblado después de la gran mudanza y lo único que faltaba era irse acostumbrando y tener que instalarse como si nada hubiese sucedido. "Como en casa, pero 2 veces más grande." Rió el padre de Vanesa. Ella estaba alucinada y lo inmediato que hizo fue meterse en su nueva habitación, y tener una visualización de todo lo sucedido hasta aquellos momentos. Colocó sus posters que antiguamente tenia en Madrid sacándolos de su caja de objetos valiosos de primeras, puso sus discos de Abraham en su nueva estantería de segundas, y por último cogió una Revista Bravo y se tumbó en su nueva y mullida cama para poder leer tranquilamente sin ninguna preocupación.
Leía una entrevista bastante interesante en el que decía:
-Entrevistador: Abraham, si te planteas en tener novia, ¿como seria el mejor momento para ti?
-Abraham: Bueno... La verdad es que eso nunca me lo han preguntado, (ríe) pero si ójala fuese una chica guapa cercana a mi como, por ejemplo, ir a mi clase en el instituto o alguna que otra Abrahamer en alguna firma, algún que otro besillo y una relación Abraham- Fan me volvería loco.
-Entrevistador: ¡Qué grande!
Vanesa en cuanto leyó ese párrafo, cerró la revista y su piel se erizó completamente e hizo que se tumbara tapandose la cara y pensando fanáticamente. Su imaginación densa se alborotó por segundos...
Se levantó bruscamente, cerró su puerta sigilosamente, bajó un poco su persiana y se arropó en su cama. Tanta entrevista y pensar en su ídolo le provocó el sueño, y quiso descansar después del largo y duro viaje de mudanzas. Vanesa comienza de 0... una aventura fantástica hace que su vida de un giro de 360°, todo cambia por completo...

Sin Fronteras...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora