Prólogo.

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¡Hola a todos!

Ya estoy de vuelta con la historia de Harry y María. Gracias una vez más por ese apoyo tan enorme que me habéis brindado. Os quiero.


Aprovecho que está en la ducha para escapar. Abro el bolso del gimnasio y saco toda la ropa que guardo. Las botellas de agua, auriculares y reproductor de música. Meto algún pantalón, varias camisetas y unos cuantos vestidos. Respiro agitada mientras observo una de sus sudaderas gastadas. La tiene desde hace años y los agujeritos de las mangas, las manchas imborrables y el color desteñido son prueba de ello.

Sonrío con amargura mientras la guardo en el bolso también. El nudo en mi garganta lucha por estallar en lágrimas y me muerdo la lengua hasta sentir un sabor metálico. No puedo permitirme derrumbarme aquí. De camino a la estación de tren tendré tiempo. El avión hubiese sido demasiado obvio y fácil de rastrear. Lo último que quiero es que me encuentre.

Salgo con paso decidido de la habitación echando un último vistazo y una afirmación me golpea contundente: jamás debí volver aquí cuando me desperté. Nuestra historia no ha sido más que una alucinación producto de una media verdad que ha terminado por destruir a todo y a todos.

Nosotros nunca fuimos eternos.


Nosotros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora