Irina; Una hermosa mujer, pero de un triste pensar:

132 0 0
                                    

                                                               Prologo:                                   
                                     23 de Mayo, 2001 Moscú Rusia
                       Piso 11, habitación 412 del International Ucrania Hotel;
                                     El despertar de una hermosa mujer:

Irina Blandikova Makarov, tenía el sueño pesado y abrumador. Ella  una hermosa dama de 23 años, de los cuales le ha tocado sufrir y luchar para estar donde está. Mujer locuaz, picara y ama de la noche. Irina que con sus encantos y su más tierna   sonrisa, ocultaba un oscuro secreto, tan oscuro como las noches frías e inseguras de Moscú.

Sus más temibles pesadillas se estaban haciendo realidad. No era cuestión de tiempo para que  ella sea un ser muy triste, insegura de sí misma y con deseos de acabar con su existencia pues sus problemas hacían que está pensara eso de su identidad.  Es más jamás se había cuestionado tanto como para entender o tratar de darse cuenta de que su profesión le consumía en cuerpo y  alma, pero en Moscú ciudad grande e intrigante no ofrecía para ella otro oficio como el que ella hacía con asco y dedicación.

Como cualquier otro oficio ofrecía sus pros y sus contras, pero en este caso la vida estaba siendo hermosamente dura con ella. ¡Es una broma! Su corta existencia había sido marcada por una serie de acontecimientos que hicieron de ella una mujer audaz y astuta para sus negocios y que siempre logra lo que se propone. Ella tiene la combinación perfecta entre  una sonrisa perfecta, serena y a la vez tan picara como cada hermosa facción que hace alarde junto con su inteligencia.

Inteligencia que le sacaba de aprietos y a la vez la metía en líos cada vez peores. Casi no pudo conciliar el sueño, claro que  las pocas horas de sueño que tubo se le puede llamar noche tranquila. En fin, durante la noche anterior, recorría los prestigiosos antros y clubes de la zona rosa de la gran ciudad moscovita. En busca de su diario vivir.
Su dedicación casi de 24 horas como prostituta, le impedía ver la ciudad como una persona normal, ver las personas como amigos y a los hombres verlos como camaradas y no como sus clientes. A su vez se encontraba en el dilema de conseguir dinero de una manera menos cruel con ella. Pero la vida y el destino obligaron que  la forma de escoger y ganarse el dinero fuese tan humillante para ella. Parecía  que ni ella ni el  azar y ni mucho menos el destino quisieran a la pobre y hermosa Irina.

Noche tras noche hacia el papel de acompañante de grandes clientes; algún político, algún militar o algún empresario, pasaban uno a uno por la hermosa figura de Irina. Ella que con su mirada perdida en algún lugar trataba de olvidar sus arduas labores entre los regazos de varón a varón y su desempeño de cama en cama. Su estilo de vida no es uno normal ni extraordinario solamente una forma de sacarla adelante mediante su cuerpo. Como toda dama siempre se mantiene hermosa, aunque ella  trate de verse fea, pero toda opción de fealdad le salía mal. Todo le queda hermoso hasta estar sin maquillaje. Simplemente es una diosa entre los mortales.

Terminando de reflexionar en su cómoda cama, estaba en duda si querer despertar. Durante su místico sueño, cuestionaba su existencia. Ella creía que no sería capaz de hallar por lo menos alguien quien la entienda, ni mucho menos de ser feliz con alguien. Y  ¿En realidad alguien quería como novia o esposa a una prostituta? Se creía menos  no ante los demás si no frente a ella misma, frente a su reflejo. No se quería ni lo más mínimo pues siempre intentaba verse fea y todo esto le salía mal. Esto la frustraba hasta el borde de no creer  en ella misma y  odiarse profundamente. Le fastidiaba  ser deseada por los hombres, codiciada por su cuerpo, su esbelto y sublime cuerpo.

En su mente llegaba un sinfín de ideas que caían como las hojas en el otoño ruso. Se  sentó en su cama, poseída por su inmenso dolor de llevar marcado por siempre su labor de prostituta. La hacía caer en sollozos nudos que se tornaban tan tiernos así como sus inmensos y tristes ojos que con las más compasivas lágrimas, desbordaban y ocultaban esos lindos luceros azules, azules como el cielo de un hermoso amanecer al estilo siberiano. Pero, esta vez esos hermosos ojos se veían empañados por sus tristes y melancólicos  nudos de llanto dado a sus problemas. Unos  que la hacían ver tan triste y tan alegre al tiempo. Triste por ser prostituta y  alegre por su vida una, donde ella no escogió vivir si no que le toco sufrir.

Su forma de ver las cosas cambio, desde el triste momento que perdió a sus padres. Recordarlos la hacían llorar cada vez más fuerte, pero no podía gritar así que recurría a llorar lo más fuerte que pudiera pero en silencio. Haci estuviese mal por dentro sentía que estar reflexionando por un buen rato  no sería suficiente para ella. Hasta que sonó su teléfono, era la telefonista del hotel que cumplía con el pedido que Irina le encargo la noche anterior. Como ella lo había pedido, la  chica del hotel la llamo a despertarla a las 10:00 am. De una manera muy feliz,  fingida, exteriormente y como si estuviese de buenos ánimos colgó el teléfono y decidió que era tiempo de dejar atrás sus sufrimientos, para darse paso a tomar un baño, uno tan largo que la haga terminar con su sufrimiento.

Se encamino a quitarse su ardiente pijama, acto seguido se puso una bata de baño y se marchó hacia la hermosa ducha de su suite, una suite tan grande y hermosa de esas que el dinero fácil y mal habido pueda pagar. Después de estar dentro, cerró la puerta se miró al espejo, en busca de algo perturbador en su reflejo. Al no notar nada extraordinario en ella, abrió la llave de la bañera y se quitó la bata. Se sentó en la taza del inodoro. Allí continúo sentada a la espera de que el agua ocupara todo el espacio  posible al interior del fino mármol de aquella tina. Respiro y fijo su triste y perdida mirada en el inmenso espejo, seguía buscándose algún defecto, pero no lo logro, ella es inmensamente perfecta. Al notar que el agua subía rápidamente se levantó y cerró la llave. Al cerrarla ahí estaba ella en su hermosa escultura, semidesnuda y separada por minúsculas ropas que daban alarde de su delicado y perfecto cuerpo, uno que hace que cualquier hombre se enloquezca. Ella posee uno de esos cuerpos que hacen que cualquier dictador pierda su curso. En fin, es perfectamente bella.

Al estar de pie, palpo la temperatura del agua con sus finas y delicadas manos. Después se las llevo hacia sus senos, en busca de algún defecto, pero no los encontró. Sus senos tan hermosamente definidos daban a notar lo hermosa que es Irina. Posteriormente dirigió sus manos hacia su parte íntima y allí se quitó sus pantaletas. Nuevamente, se miró al espejo en busca de algún defecto y de nuevo se sentía frustrada, pues no se encontró ninguno.

Palpándose con gran tristeza suspiro y vagamente entendía que ella sin su cuerpo, su poderoso cuerpo no era nadie. Momento triste por el cual sus ojos aun frescos por la tierna llovizna de sus lágrimas daban a entender que en su mirada estaba el triste reflejo de ser las esclava sexual de pocos y deseada por muchos. Fijo curso a entrar a la bañera. Estando allí, se dejó caer pesada mente al fondo de la hermosa tina hecha a medida y viviendo su vida tan desnuda, empezó a llorar. Pero, esta vez trataba de gritar, algo se lo impedía y ese mismo algo que en su interior habitaba le decía que no hay nada porque vivir, por que luchar, que en su vida solamente está el deber de satisfacer a los hombres y que no valía nada. Suspiro y alzó su cabeza y estuvo acicalándose con el jabón cada parte de su explosivo cuerpo.

Quería levantarse de allí, pero se sentía tan pesada que nuevamente se dejó caer pero esta vez seria para siempre, ya no quería saber nada de la vida. Una hermosa pero difícil vida para Irina. Lentamente caía hasta el fondo de su mente y de la artesa, soñó con sus padres y lo desilusionados que estarían de verla así hecha una hermosa y ardiente prostituta rusa. También soñó con aquel príncipe, el amor de sus sueños aquel noble caballero que la rescataría de tan tremendo embrollo. Pero fue un sueño banal, una fantasía que jamás se cumpliría pues ya está viviendo en carne propia el infierno de ser una prostituta. De su última figura  y de su existencia quedaba nada más que las burbujas que subían y subían pero nada de su triste y sexy imagen. Estaba en trance en trance con la muerte.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
AVISO: Esta historia, la subi por que me gustó y quiero saber si a ustedes también les gusta. Este es el prólogo de la novela que estoy haciendo, se llama: Irina; una mujer fría como a la vez ardiente. Me toma mucho tiempo escribirla. Aún esta en proceso de creación. Pronto muy pronto, la verán en las librerías. No quiero ser pesado, pero comenta y vota... saludos. POSDATA:el título  que puse aquí en wattpad no corresponde a la novela. Lo puse para que se vea mas presentable y para que este cuento no sea  un N.N ... les gustará esta historia, lo sé.... saludos ¡Matane!

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 09, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Cuentos tristes de un escritor en soledad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora