-Un café por favor- dijo una señora de unos 55 años.
Yo serví su café con una sonrisa en mi cara, a pesar de ser un día un poco difícil para mi, sabia que nadie merecía que lo tratarán mal cuando no tienen nada que ver con los problemas que estés pasando en estos momentos.
-¿Cuántas cucharas de azúcar? - pregunte aun con una sonrisa en mi cara.
-Tres, por favor- Dijo la señora ahora con una sonrisa que mostraba sus amplios dientes blancos.
Hice lo que pidió y me retire para ir por una orden que ya se encontraba lista, en el momento que tomaba la hamburguesa y la ensalada de frutas una chica entro, era muy linda, tenia el cabello más largo que yo haya visto y de color castaño oscuro, sus ojos eran realmente hermosos eran una combinación entre el gris y el azul, su nariz era muy fina y pequeña y sus labios eran gruesos y rojos. Su piel era blanca y tenia algunas pecas en su dulce rostro. Llevaba una blusa negra y encima de ella tenia una chaqueta de cuero negra. Sus pantalones negros resaltaban sus piernas largas y delgadas, llevaba unas botas negras bastante sucias y llevaba un casco en su mano derecha que decía "Fuck you"
-¡Dave! Lleva la orden por Dios, llevas 5 minutos mirando a esa chica- Dijo John. John manejaba la caja registradora. Era un hombre bastante bueno aunque algunas veces se comportaba como un completo idiota.
- Lo siento, lo siento- me excuse y deje los pedidos en las mesas correspondientes.
Luego escuche un pequeño grito a pocos metros de mi.
-¡Oye esa es mi agua!
- Ah ¿en serio? Me vale una mierda, tengo sed y yo hago lo que a mi se me venga en gana, ¿algún problema?- Dijo aquella chica hermosa con la que mi vista se deleitó.
-N-no- Dijo aquel chico con gafas que estaba sentado comiendo su helado de chocolate y fresa.
-Lo supuse, idiota.
En ese momento yo me acercaba a esa escena, odiaba que alguien quisiera sobrepasar a las personas solo porque lucen indefensos.
-Oye, si quieres algo solo pídelo- Dije con un tono tosco y alce un poco la voz.
En ese momento aquella chica volteo a verme y créanme si las miradas mataran yo estaría a cuatro metros bajo tierra.
- Tu que te crees bastardo, estúpi..- en ese momento la tome de la mano y la saque del restaurante.
Estaba furiosa, sus mejillas estaban rosadas y sus ojos estaban oscuros y demostraban ira y odio. En ese momento no escuche lo que decía porque empece a detallar un poco a aquel ser que tenia en frente; tenia un tatuaje de una luna en su clavícula, la mano en la que tenia el casco tenia un pequeño tatuaje de algunas flores. Me dirigí de nuevo a su camisa y encontré sangre seca en el área del busto y en ese momento ¡Pum! Sentí mi mejilla caliente.
-¿¡Qué te pasa idiota?!- Grito mientras mis ojos se encontraban con los de ella.
-¡Lo siento! Es solo que tienes ...- En ese momento ella miro sus senos y luego a mi, me dio otra bofetada.
-¡Eres un imbécil!
- Tienes sangre en la camisa- Dije algo calmado aunque esa bofetada hizo que mi sangre hirviera.
Ella empezó a reírse, tenia una risa muy contagiosa por lo tanto yo también me empece a reír. De verdad era muy linda, cuando se reía se le formaban unos huecos en las mejillas y sus ojos se volvían brillantes.
-Ah ¿esto?- señaló la sangre en su blusa.- Bueno creo que te debo una disculpa, pero yo no pido disculpas así que me mejor te doy una explicación. Bueno hace una hora tuve una pelea con unas chicas en el parque principal, no preguntes cual fue el motivo de la pelea, y bueno creo que le dañe la nariz a una y manchó mi hermosa blusa.
Yo solo asentí, no podía creer que una chica tan hermosa fueran tan problemática y grosera, pero había algo en mi que me decía que esa chica ocultaba algo y esa actitud que tenia solo era un disfraz porque en el fondo se notaba que era dulce y de buenos sentimientos.
- ¿Oye tu no hablas?
-E-eh, si, solo pensaba en que como alguien como tu- la señale con la mirada- Puede ser tan problemática y grosera.
-¿Y es que las chicas no podemos ser rudas? Querido en esta época ya muchas chicas nos hemos quitado nuestra corona de princesas y nos colocamos nuestra armadura, bueno en mi caso me coloco mi casco- Alzó su casco y me lo mostró.
-Sí eso lo entiendo, pero no puedo creer que quieras pasar por encima de personas indefensas.
- ¡Ay Dios mio!- desvío su mirada al lado derecho mio, así que yo seguí su mirada.
Había una BMW1200-Adventure, era negra y gris su tapicería era color negro, era una moto realmente bonita, estaba muy bien cuidada y si te acercaba a ella podías ver tu reflejo.
-¡Oh Dios mio! Te juro que en estos momentos estoy a punto de mojar mi ropa interior- y empezó a gemir,yo abrí mis ojos como platos y tenia la boca abierta.
-Deja de ser tan idiota, ¿Quieres dar una vuelta?- Me pregunto aun riendo.
-No puedo estoy en horario de traba...
-Deja de ser tan gallina- me interrumpió y me paso el casco que había en el espejo retrovisor de la moto.
- Oye, primero: este casco no es tuyo, segundo: no soy gallina, soy responsable y tercero: ¿Dónde esta tú moto?
-Primero: ése casco si es mio- apunta al casco que tengo en las manos- Segundo: Esta bien no eres gallina pero si eres un marica y por último mi moto se encuentra al frente de tu linda nariz -Hace una pausa- Quería que te callaras y dejaras de joder con tus discurso de como debería ser con las personas.
Me río por la manera en que dice las cosas, las dice con determinación y precisión, aunque en sus ojos se puede notar que se está divirtiendo.
De un momento a otro me encuentro encima de la moto apretando un poco su cintura, y noto lo delgada que es, pero no es ese tipo de chica esquelética que su cuerpo no tiene forma, ella tiene algunas curvas en lugares adecuados.Estuvimos por los alrededores de Los Angeles y tuve que bajar constantemente mi camisa ya que se subía por la velocidad con la que íbamos, y no es que me molestara que me vean mi abdomen, en realidad tenia un buen físico, solo que estaba haciendo un poco de frío y cada vez que este se subía los vellos de mi espalda se erizaban.
Luego de media hora llegamos a un bar que yo conocía, siempre venia acá con mis amigos del colegio y pasábamos momentos muy agradables.
Veo que muchas personas saludan a la chica que tengo al lado.-Así que te Lena- digo tratando de romper el silencio que se había formado entre nosotros dos.
-Sí me llamo Lena Kennedy y tengo 19 años, y ¿tu como te llamas, gallina?- dice mientras nos sentamos en una mesa con cinco hombres y tres mujeres.
-Me llamo Dave, flacucha- Me río por la forma en blanquea sus ojos.
- Estas de gracioso ¿no?, bueno vamos a ver si en la pista de baile si te puedes comportar como un hombre de verdad.
- Créeme no quiero lastimar tu diminuto cuerpo- y le sonrió mientras ella me fulmina con la mirada.
Luego nos encontramos bailando y riendo, desde ese momento no recuerdo más nada de lo que paso esa noche.
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Broken Souls.
Teen Fiction- Porque no hay peor cosa que ser decepcionado por las personas que tu más quieres. -Volteó a verme. - Si Dave, si la hay. -Miró hacía la carretera. -Ser la decepción de las personas que más quieres. -Y una lagrima se desbordo sobre sus mejillas.