Estaba empezando a preguntarme por qué Daniel no me hablaba. He de admitir que yo soy muy insistente. Pero él se ha negado a dirigirme la palabra. Y aquí estaba yo, en medio de la lluvia, camino a casa un viernes por la tarde, rayándome por un chaval que ni se lo merece. Estaba empapada y había empezado a temblar, tonta de mí que me había dejado la chaqueta en casa por las prisas. Oí el pitido de un coche y me giré.
- ¡Sube! - gritó el conductor.
- ¿Daniel?
-Mira que eres pesada, ¿quieres subir ya? Y si no quédate ahí. - me acerqué al coche y me subí, una vez dentro me quité la capucha.
- No sabía que conducías.
- Hay muchas cosas que no sabes de mí.
- Ni tú de mí. - contesté molesta.
-Bueno me las puedo imaginar, ¿Dónde te dejo?
-En la glorieta mismo. ¿Qué te puedes imaginar?
- Que eres la típica niña de papá con una familia perfecta y una vida perfecta.
- Has dado en el clavo, o quizás te pueda sorprender.
-Quizás. - paró el coche a un lado de la calle.
- ¿Por qué nunca me hablas?
- Lo estoy haciendo ahora
-No me refiero a eso
- Toma mi chaqueta, la tuya está empapada y aun tienes que subir la calle. - ¿me estaba ignorando?
-Hasta el lunes, y gracias por traerme. - me puse du chaqueta y Sali dando un portazo. Será gilipollas el chulo este.
Corrí hacia mi casa, saqué rápido las llaves y entré en casa. En cuanto entré oí gritos y ruidos de algo rompiéndose. Estaba harta. Me subí a mi cuarto, cerré la puerta y me puse los cascos con la música lo más alto que podía.
Y así estuve todo el fin de semana, bueno y pensando en aquella chaqueta apoyada en mi silla
Últimamente me sentía muy sola, mis dos mejores amigas estaban muy ausentes en mi vida. Antes teníamos planes todos los findes de semana. Aunque es muy egoísta quejarse, una se esta enfrentando a un cáncer y la otra estaba embarazada. Debería buscarme nuevos amigos
El lunes cuando me desperté para ir al instituto fui a coger la chaqueta de Daniel, pero retrocedí y me fui sin ella. A lo mejor así se dignaba a hablarme en clase. Y si no, la chaqueta no era fea y había una percha vacía en mi armario. Quien ríe ultimo ríe mejor, además yo podía ser muy persistente, ese chico acabaría hablándome.
Pero cuando llegué a clase el sitio de al lado estaba vacío, y siguió vacío toda la semana. Y lo peor, a mí no me dio igual.
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La teoría del amor
RomanceEsta es la historia de Bianca, una chica atrevida, loca y rota; cuando su vida se cruza con la de Daniel, un repetidor que ha tenido una dura vida e intenta encontrar un buen camino para no terminar de derrumbarla. Bianca es una buena estudiante, Da...