Capítulo 1.

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    Capítulo uno; El espejo refleja la verdad.
                                    23 de Septiembre de 2015 10:45 a.m.

Me encuentro sentada en una de las bancas del patio trasero del instituto, las lágrimas caen al suelo y me repito una y otra vez no soy yo, son ellos. Ellos han provocado toda esta mierda, los que me han metido en este agujero que parece no tener fin.

―¡Foca!-, me grita el chico que me molesta desde siempre. Con todo el valor que tenía en ese momento me paro y camino hacia él. 

―¿Ves esto?.- levanté mi polera y le mostré mi abdomen lleno de cortes, al igual que mis muñecas. 

―¡Esto lo has causado tú!-, le grité, me miró lleno de asombro. ―¡Todo esto es por tu maldita culpa, y la de tus amigos!-, señalé a cada uno de ellos. 

―Todos estos años he aguantado tus insultos, tus burlas, todo. ¡Pero ya no más!, Por tu culpa ya no como, por tu culpa soy una maldita anoréxica, por tu maldita culpa soy una bulímica-, le grité con lágrimas en los ojos.―Me has destruido.

23 de Septiembre de 2015 3:28 p.m.

Estoy en la última clase del día, el profesor explica algo que no lograba entender, así que no seguí prestando atención a lo que decía. Saqué mis auriculares, los conecté a mi móvil y puse Demons de Imagine Dragons

Minutos más tarde suena la campana que anunciaba el fin del horario escolar, guardo mis cosas y espero a que todos salgan de la sala de clases.

―¡Sheyla!-,  una voz que no reconozco grita mi nombre. Me giro a ver quien es y me encuentro con una chica rubia,  de unos hermosos ojos color esmeralda, la miro raro.

―¿Tu eres Sheyla?-, preguntó, a lo que asentí con la cabeza. Se acerca a mí y me toma de la muñeca, la miro desconcertada.

―¿Quién eres?-, le pregunté. Me suelto bruscamente de su agarre y me paro frente a ella.

―Verás, Sheyla-, dijo, seria.― He visto como el idiota de mi hermano y sus amigos, te insultaban.

―¿Tu hermano?, ¿de qué hablas?-, le pregunté.

―Connor, él es mi hermano. 

―Así que, ¿Ese maldito es tu hermano?-, no esperé su respuesta, la miré mal, me giré y comencé a caminar hacía la salida. No quería tener que ver más con el estúpido que ha hecho de mi vida una mísera, ni con nadie cercano a él.

***

Llegué a casa, estaba sola, ya que mis padres trabajaban hasta tarde. Subí corriendo a mi habitación y me encerré en el baño que había en esta. Apoyé mis manos en el lavamanos, me miré al espejo.

Éstas gorda, Sheyla.

Salí del baño y me tiré a la cama. Me puse a pensar cuando me di cuenta que, 

Hace más de dos horas que llegué, y aun estoy encerrada en mi cuarto. Las ganas de comer aumentan cada vez más.

Bajo corriendo a la cocina y tomo todo lo que veo, chocolates, papas fritas, gomitas, galletas y demás. Al cabo de 20 minutos ya acabé con todo. Me dirijo a mi cuarto, de mi mesa de noche saco la cuchilla y mi preciada cocaína.

Entro al baño e introduzco mis dedos en mi garganta para causar el vómito. Después de sacar todo lo que tenía adentro, me enjuago la boca. Me siento en el váter, saco mi hermosa cuchilla y la beso. Comienzo a cortar mi piel, cuando acabo limpio toda la sangre que corría por mis brazos y guardo la cuchilla. 

Preparo el polvo blanco, y al ya tenerlo listo inhalo hasta la última pizca de el. Ese era uno de los mejores momentos de mi vida, amaba el placer que se sentía cuando me drogaba. Saco un cigarrillo de marihuana de mi bolsillo y lo enciendo. 

Le pego una calada y siento como mi cuerpo se relaja cada vez más, luego otra calada, y otra, y otra más, y así hasta acabar con él. Me quito toda la ropa y me adentro a la bañera. Siento como la lluvia artificial se resbala por mi piel, es tan placentero. Cuando acabo, seco mi cuerpo y me paro frente a mi peor enemigo, el espejo. 

Miro mi abdomen, lleno de cortes, tomo mis rollos con las manos y lloro, cada vez, cada segundo que pasaba estaba más gorda. Me sentía asquerosa. Fui hasta mi closet y me puse mi pijama. Caminé hasta mi cama, me acosté en ella y me tapé con las mantas. No tardé mucho en caer en un profundo sueño.


La belleza del sacrificio [LBDS1]. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora