Capítulo 39: Un bebé.

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Capítulo 39: Un bebé.

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El estómago se me revolvía y la cabeza me estallaba. Estaba con una punzada de dolor en el pecho y la rabia me carcomía junto con los celos. Estúpido Sellers que quiso quedarse con la zorra enfermera que coquetea a todos que cruzan por esa puerta. Maldita sean los celos que tenía y jodido el motivo por el que los tenía.

Pero tenía esa preocupación para después. Ahorita necesitaba saber de ese ultrasonido y de ese examen.

El doctor no era tan mayor como me suponía. En realidad no se veía mucho mayor que yo. Talvez de unos veintitantos de cabello castaño oscuro y ojos azules claros. Su mirada era tímida pero a la vez algo segura y me agrado al instante aunque no era a quien Patterson me había recomendado.

El doctor se quito las gafas que traía encima y me sonrió extendiendome la mano.

- Me llamo Parks. Creó que me dijeron que tienes dudas acerca de unos exámenes.

- Sí pero... - hice una pausa -. Me dijeron que vería a una doctora. - le enseñé la nota de la Doctora Patterson.

- Oh ya veo - dijo leyéndola -. Disculpa pero, la enfermera aveces es algo distraída - se encogió de hombros apenado y se fue detrás de su escritorio. - ¿Quieres que cite a la Doctora?

- No ya no importa. - traía prisa así que eso era lo de menos.

- ¡Bueno entonces empecemos! - sonrió y me señaló una camilla -. Acuéstate y te pondré el gel.

Hice lo que me indicó y me alze la blusa cuando me lo pidió mostrando mi vientre pálido y un pequeño rubor cubrió sus mejillas. Me preguntaba, si alguna vez ese chico había estado con una chica fuera de su trabajo. Era tímido, reservado y penoso. Aunque muy atractivo.

El frío gel toco mi vientre y el aparato le siguió. Me estremecí ante los recuerdos repentinos que me llegaron y tragué para no llorar en ese momento.

La pantalla mostraba una imagen con la que me familiarizaba. Un ultrasonido de mi útero en blanco y negro. La verdad nunca pude distinguir a un bebé en los ultrasonidos hasta que tenían cuatro o cinco meses.

El doctor se había vuelto a poner las gafas y frunció el ceño cuando miro la pantalla. Mi estómago se removió y la bilis me subió hasta la garganta.

- Bueno... - empezó el doctor -. Aquí muestra que si estas embarazada.

Todas mis esperanzas se derrumbaron en ese momento y las ganas de vomitar fueron suplantadas por las de llorar. Parks pareció notarlo ya que palidecio y me levanto enseguida.

- ¿Estas bien?

- Estoy embarazada - susurré.

- Sí lo estas - hizo un gesto y me miro de nuevo -. ¿Eso es malo?

- No puedo...- susurré para mi misma -. Es que es imposible.

- ¿Porque lo dices?

- Porque cuando lo hice con mi novio, no estaba fértil.

- Tenemos que checar eso. - dijo el y se fue a sentar detrás de su escritorio nuevamente.

Más que ayer, pero menos que mañana [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora